Biden habla de economía y seguridad en Corea del Sur

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SEÚL (AP) — El presidente estadounidense Joe Biden atendió el domingo temas tanto comerciales como de seguridad al concluir una gira de tres días por Corea del Sur, en una jornada en la que resaltó el compromiso de Hyundai de invertir al menos 10.000 millones de dólares en Estados Unidos y visitó a las tropas en una base militar cercana.

La visita de Biden a la Base Aérea de Osan, donde miles de soldados estadounidenses y surcoreanos monitorean la rápida evolución de la amenaza nuclear norcoreana, fue su última parada en el país antes de viajar a Tokio más tarde el domingo.

“Ustedes están en el frente, aquí mismo en esta sala”, dijo el presidente en un centro de mando donde las pantallas de la pared mostraban mapas de la Península de Corea.

La agenda del día unió dos mensajes clave que Biden intenta transmitir en su primer viaje a Asia como presidente.

En un momento de alta inflación y creciente descontento en su país, Biden recalcó su misión global de reforzar la economía estadounidense convenciendo a empresas extranjeras como Hyundai para que emprendan nuevas operaciones en Estados Unidos. También quiso demostrar su solidaridad con sus preocupados aliados asiáticos, que viven a la sombra de las armas nucleares norcoreanas y se tornaron escépticos sobre los compromisos de seguridad estadounidenses cuando el expresidente Donald Trump estaba en el cargo.

Antes el domingo, Biden restó importancia a las preguntas sobre cualquier posible provocación de Pyongyang, como un ensayo nuclear o un lanzamiento de misiles balísticos durante su viaje, y dijo que “estamos preparados para cualquier cosa que haga Corea del Norte”.

Cuando se le preguntó si tenía un mensaje para el líder del país, Kim Jong Un, Biden ofreció un breve “Hola. Punto”.

Era otra gran ruptura con la posición de Trump, que una vez dijo que se había “enamorado” de Kim.

Biden comenzó el día en un acto junto al presidente de Hyndai, Eusiun Chung, para destacar la inversión ampliada de la firma en Estados Unidos, que incluiría una fábrica de 5.500 millones de dólares de baterías y vehículos eléctricos en Georgia.

“Los vehículos eléctricos son buenos para nuestros objetivos climáticos, pero también son buenos para el empleo”, dijo Biden. “Y son buenos para los negocios”.

Chung dijo que su empresa gastaría otros 5.000 millones de dólares en inteligencia artificial para vehículos autónomos y otras tecnologías.

La gran inversión de una firma surcoreana en Estados Unidos refleja cómo los dos países refuerzan su tradicional alianza militar con lazos económicos más estrechos.

En otro momento del viaje, Biden visitó una planta de procesadores informáticos gestionada por Samsung, el gigante electrónico surcoreano, que tiene previsto abrir una planta de producción de 17.000 millones de dólares en Texas.

Biden ha convertido en una prioridad la cooperación económica con Corea del Sur, y el sábado dijo que “unirá todavía más a nuestras naciones, cooperando de manera incluso más estrecha de lo que ya lo hacemos, y ayudará a fortalecer nuestras cadenas de suministro, asegurándolas contra los impactos más amplios para darles a nuestras economías una ventaja competitiva”.

La pandemia de coronavirus y la invasión de Rusia a Ucrania en febrero han obligado a replantear más a fondo las alianzas económicas y de seguridad. Los brotes de coronavirus causaron escasez de chips de computadoras, vehículos y otros productos que el gobierno de Biden asegura que pueden solucionarse con mayor manufactura nacional y aliados confiables.

Se prevé que la fábrica de Hyundai en Georgia brinde empleo a 8.100 trabajadores y produzca hasta 300.000 vehículos al año. Está previsto que la construcción inicie a principios del próximo año para después empezar a producir en 2025. La planta se ubicará cerca del poblado de Ellabell.

Pero la planta de Hyundai también deja al descubierto que puede haber cambios en la agenda económica de Biden.

A principios de su mandato, Biden intentó vincular la producción de vehículos eléctricos a las automotrices con trabajadores sindicados. Como parte de una propuesta de gastos por 1,85 billones de dólares que presentó el año pasado y se encuentra estancada en el Senado, Biden quería créditos fiscales adicionales para los compradores de vehículos eléctricos fabricados en plantas sindicalizadas. Eso habría dado un impulso a las plantas automotrices sindicadas de General Motors Co., Ford Motor Co. y Stellantis NV en un momento crucial en el que las membresías de sindicatos han ido en declive constante a nivel nacional.

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