TULSA, Oklahoma, EE.UU. (AP) — Tiger Woods dio a entender que Rory McIlroy había jugado un nuevo tipo de golf, en la primera ronda del Campeonato de la PGA.
McIlroy lució liberado el jueves. Hizo que todo pareciera sencillo y aprovechó sus oportunidades en Southern Hills.
El norirlandés envió su driver por encima de los árboles y hacia los fairways, lo que preparó el camino para sus siete birdies y para una destacada tarjeta de 65 golpes, cinco debajo del par, que le permitió tomar la ventaja preliminar por un impacto en la ronda.
Woods trató de elegir el sitio donde colocaría la pelota pero jamás lució muy acertado. Evidenció problemas con una pierna derecha que, según dijo, le duele más que el mes pasado en el Masters.
“Simplemente no puedo apoyarla”, dijo Woods. “Si lo hago, me duele, si presiono también e incluso al caminar y al girarla”.
Su desempeño se desmoronó a la mitad de la jornada. Al final, con dos bogeys, firmó un 74.
McIlroy consiguió en cambio lo que necesitaba, en momentos en que busca cortar una sequía de casi ocho años en majors. Muchos de esos fracasos han seguido a malos inicios.
Ahora, tiene su mejor marcador desde un 66, cinco bajo par, en 2014, cuando ganó el Campeonato de la PGA en Valhalla, el último de sus cuatro majors.
Se pidió a McIlroy que dijera si éste había sido o no el comienzo que esperaba.
“¿Si o no? No, preferiría haber tirado un 74 y tratar de pasar el corte mañana”, ironizó. "Sí, miren, ha sido un gran comienzo. He tenido algo de buena forma. Pienso que cuando tu juego se siente así de bien, todo es cuestión de salir, apegarte a tu plan de juego, ejecutar lo mejor posible y seguir en tu pequeño mundo”.
Woods sugirió que la ronda de McIlroy evidencia lo mucho que ha cambiado el golf.
“El juego es diferente. Es ahora más agresivo y yo lo sé”, comentó. Pero yo busqué mis objetivos. Si hubiera golpeado sólidamente la pelota y la hubiera puesto en el fairway, todo habría estado bien".
Will Zalatoris y Tom Hoge abrieron con sendas rondas de 66, para quedar un golpe detrás de McIlroy.
Justin Thomas, quien tuvo que soportar una sinusitis, logró uno de apenas cuatro birdies en el hoyo 18, para una tarjeta de 67 en la tarde, cuando los greens resintieron el tráfico y, endurecidos, dificultaron los buenos golpes.
Matt Kuchar y el mexicano Abraham Ancer en ese mismo peldaño, con 67.