McDonald’s comenzó a vender sus locales en Rusia, 30 años después de convertirse en símbolo del fin de la Guerra Fría y del optimismo hacia unas mejores relaciones entre Rusia y Occidente.
La cadena de hamburguesas con oficinas corporativas en Chicago anunció que el empresario Alexander Govor, que ya opera 25 locales de McDonald’s en Siberia, accedió a comprar todos los 850 restaurantes McDonald’s en Rusia y administrarlos con un nuevo nombre. McDonald’s no divulgó las condiciones del acuerdo.
McDonald’s fue una de las primeras empresas occidentales en entrar a Rusia en 1990. Su enorme local cerca de la Plaza Pushkin de Moscú se convirtió en símbolo de optimismo hacia unas mejores relaciones con Occidente tras la caída del Muro de Berlín.
La compañía cerró sus locales en Rusia en marzo debido a la invasión rusa de Ucrania, una decisión que según la empresa le costó 55 millones de dólares al mes. El lunes, McDonald’s anunció que vendería las franquicias y abandonaría de Rusia.
Es la primera vez que McDonald’s abandona por completo un mercado internacional. En los próximos días la empresa sacará de Rusia sus arcos amarillos y otros símbolos, aunque retendrá sus derechos de marca.
La venta anunciada el jueves aún debe ser sometida a aprobación de los reguladores, pero se anticipa que se concretará en pocas semanas, aseguró la compañía.
Govor, dueño de franquicia desde 2015, también accedió a retener los 62.000 empleados que McDonald’s tiene en Rusia bajo condiciones similares a las actuales. Además, accedió a pagar los sueldos de los empleados hasta que se concrete la venta.
McDonald’s dejó abierta la posibilidad de regresar a Rusia algún día. “Es imposible predecir el futuro, pero deseo concluir mi mensaje con el mismo ánimo que caracterizó la llegada de McDonald’s a Rusia: el mensaje de esperanza”, escribió el lunes el CEO Chris Kempczinski en una carta al personal.
“Así que no digamos adiós, sino que digamos, como dicen en Rusia, hasta volvernos a ver”, añadió.