Cuando los animales bailan

No solo los humanos son capaces de danzar al son de la música. La cacatúa "Snowball", que se hizo famosa en YouTube hace una década por su asombrosa habilidad para bailar, es capaz de realizar los movimientos de baile más espectaculares. Y esta cacatúa bailarina está lejos de ser la única en el mundo animal. 

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ARCHIVO - Las parejas de caballitos de mar se saludan con una elegante danza que recuerda a un vals. Foto: Stefan Sauer/dpa
ARCHIVO - Las parejas de caballitos de mar se saludan con una elegante danza que recuerda a un vals. Foto: Stefan Sauer/dpa

No solo los humanos son capaces de danzar al son de la música. La cacatúa "Snowball", que se hizo famosa en YouTube hace una década por su asombrosa habilidad para bailar, es capaz de realizar los movimientos de baile más espectaculares. Y esta cacatúa bailarina está lejos de ser la única en el mundo animal. 

Ya se sabe por el circo que los animales pueden bailar. La ciencia también ha demostrado hace tiempo que la danza no es algo exclusivamente humano, explica Martin Ullrich, catedrático de Investigación Musical Interdisciplinaria de la Universidad de Música de la ciudad alemana de Núremberg.

Los animales pueden "moverse flexible y rítmicamente al son de la música" e incluso tienen "gustos musicales", asegura Ullrich. Pero algunos también bailan inconscientemente, por ejemplo, durante el cortejo. Lo que está claro, en cualquier caso, es que los animales también tienen sentido del ritmo. Estos son algunos ejemplos:

Caballitos de mar: por la mañana, el macho y la hembra se saludan con una elegante danza que recuerda a un vals y se deslizan suavemente por el agua. Durante minutos se balancean de un lado a otro y a veces incluso cambian de color, como explica en un estudio Amanda Vincent, de la Universidad de Columbia Británica (Canadá). El ritual es para los peces muy importante, ya que de esa manera comunican al otro su presencia. Los hipocampos son monógamos y refuerzan su vínculo mutuo a diario.

Cacatúa: el vídeo de baile al ritmo del gran éxito de la banda británica Queen, "Another One Bites The Dust", ha hecho famosa a la cacatúa "Snowball". Los biólogos de la Universidad de San Diego (California) investigaron si el animal solo imitaba los movimientos de baile de las personas de su entorno. El resultado de su estudio: Snowball se mueve realmente de forma sincronizada al ritmo de la música, sin limitarse a imitar a las personas.

Chimpancés: ni siquiera los chimpancés pueden resistirse a los sonidos rítmicos. En un estudio, científicos de la Universidad de Kioto (Japón) hicieron que los chimpancés escucharan fragmentos de música y observaron cómo se movían a su ritmo. Con brío y tacto, los simios balanceaban la parte superior de su cuerpo hacia delante y hacia atrás, y emitían sonidos mientras lo hacían.

Abejas: con su danza de la cola, en la que agitan el abdomen enérgicamente, las abejas informan a sus congéneres del posicionamiento de una fuente de alimento. Según los resultados de un equipo de investigadores de la Universidad Julius Maximilian de Würzburg (Alemania) y del Centro Nacional de Biociencias de Bangalore (India), las abejas pueden incluso indicar la dirección de su hallazgo a través de su danza. "Pero este proceso solo tiene que ver con la danza en sentido figurado", explica el musicólogo Ullrich.

Arañas pavo real: para impresionar a sus potenciales parejas, estas coloridas miniarañas dan lo mejor de sí mismas durante el cortejo y lo hacen con una complicada coreografía. El investigador alemán de arácnidos Jürgen Otto sigue descubriendo nuevas especies en Australia y tiene toda una colección de vídeos y fotos en la web que muestran a las arañas pavo real bailando. La araña macho despliega su abdomen con dibujos azules, rojos, naranjas, verdes y morados, corre de un lado a otro frenéticamente y espera conquistar a la dama con su baile. Si no lo consigue, es ingerido sin más por la hembra.

dpa

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