La ONU expresó el martes su preocupación ante las consecuencias humanas del recrudecimiento de la violencia de las bandas "fuertemente armadas" en la capital haitiana, Puerto Príncipe, donde la violencia alcanzó "niveles inimaginables".
"Pido a la comunidad internacional redoblar esfuerzos para impedir que la situación no se vuelva aun más incontrolable", pidió la Alta Comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, en un comunicado.
Según la ONU, al menos 92 personas no afiliadas a bandas y 96 presuntos miembros de bandas habrían muerto en ataques armados coordinados en Puerto Príncipe entre el 24 de abril y el 16 de mayo. Pero el balance real podría ser más elevado.
Según cifras corroboradas por funcionarios de la ONU, otras 113 personas resultaron heridas, 12 se dan por desaparecidas y 49 fueron secuestradas y se pide rescate por ellas.
"La violencia armada alcanzó niveles inimaginables e intolerables en Haití", declaró Bachelet.
Actos de violencia extrema fueron señalados, según la ONU, con decapitaciones, mutilaciones y cuerpos quemados, así como el asesinato de menores acusados de informar a la banda rival. La violencia sexual, inclusive la violación colectiva de niños de apenas 10 años, también fue utilizada por las bandas.
Para Bachelet "es crucial que medidas urgentes sean tomadas para restablecer el Estado de derecho, proteger la población contra la violencia armada y pedir cuentas a los comanditarios políticos y económicos de esas bandas".
Estos actos de violencia obligaron a miles de personas, inclusive niños, a abandonar sus lugares de residencia en las últimas tres semanas.
Bachelet denunció "el impacto severo" de la violencia de las bandas "sobre los derechos humanos más fundamentales de las personas", con decenas de escuelas, centros médicos, empresas y mercados cerrados, y muchas personas que tienen dificultades para encontrar productos básicos.
La circulación en las dos principales carreteras nacionales que unen a la capital con el resto del país también fue seriamente afectada, pues las bandas controlan el acceso a las zonas bajo su influencia.
"Estas restricciones a la circulación de las personas y bienes podrían también tener efectos devastadores a largo plazo sobre la situación económica que ya es muy difícil en Haití", consideró.
Desde hace varias décadas, las bandas armadas actúan en los barrios más pobres de Puerto Príncipe, pero se incrementó su influencia sobre la ciudad y el país en los últimos años, aumentando los asesinatos y los secuestros.
apo/vog/mba/eg/mb