El G7 condena a los talibanes por creciente opresión a mujeres afganas

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El G7 de los países más industrializados condenó el jueves las crecientes restricciones contra las mujeres decretadas por los talibanes en Afganistán, acusando al movimiento islamista de aislar el país internacionalmente.

"Llamamos a los talibanes a tomar medidas urgentes para levantar las restricciones en mujeres y niñas", indicaron los ministros de Exteriores de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido en un comunicado.

"Condenamos la imposición creciente de medidas restrictivas que limitan severamente la capacidad de la mitad de la población para participar completa, equitativa y significativamente en la sociedad", denunciaron los ministros, reunidos por tres días en Alemania.

Limitando los derechos de las mujeres, los talibanes "se están aislando cada vez más de la comunidad internacional", agregaron.

Cuando los talibanes tomaron el poder en agosto, prometieron un mandato menos extremista que durante su primer régimen entre 1996 y 2001, marcado por flagrantes violaciones de los derechos humanos.

Pero desde entonces han ido aumentando su opresión, especialmente contra mujeres y niñas, que no han podido volver a las escuelas de secundaria y a muchos empleos gubernamentales.

Tampoco pueden viajar solas por el país y, desde la semana pasada, deben usar en público un velo que las cubra de pies a cabeza, preferiblemente un burka, una vestimenta que solo deja una rejilla a la altura de los ojos.

Posteriormente en Nueva York, los embajadores ante Naciones Unidas condenaron las imposiciones sobre las mujeres afganas.

"Las políticas talibanas continúan centrándose en oprimir a las mujeres y las niñas en vez de resolver la crisis económica", dijo la embajadora noruega Trine Heimerback.

El Consejo de Seguridad de la ONU celebró un encuentro a puerta cerrada que puede estar seguido en los próximos días por una declaración unánime condenado las restricciones a las mujeres afganas.

Parte de la comunidad internacional había condicionado la reanudación de las ayudas a Afganistán, hundido en una grave crisis económica, al respeto de los derechos humanos, especialmente de mujeres y niñas.

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