Estados Unidos dijo el miércoles que buscará lazos de seguridad más fuertes con Filipinas bajo el mandato del próximo presidente Ferdinand Marcos Junior, hijo del difunto dictador, pero que también promoverá los derechos humanos.
En una llamada telefónica, el presidente estadounidense Joe Biden felicitó a Ferdinand Marcos Jr por la victoria en las elecciones, dijo la Casa Blanca al final del miércoles, hora de Washington.
"El presidente Biden subrayó que espera trabajar con el presidente electo para continuar fortaleciendo la alianza entre Filipinas y Estados Unidos, mientras expande la cooperación bilateral en un rango más amplio de temas" como la pandemia, el cambio climático, el crecimiento económico y el "respeto por los derechos humanos", señaló el comunicado.
Kurt Campbell, el principal funcionario de la Casa Blanca para Asia, había expresado previamente el deseo de Estados Unidos de fortalecer la relación con Filipinas, pese a los "desafíos" generados por la carga histórica del nuevo mandatario.
"Hay algunas consideraciones históricas que probablemente hacen que, al menos inicialmente, haya algunos desafíos en la comunicación", dijo.
"Pero obviamente (Filipinas) desempeña un papel esencial" por lo que "trataremos de continuar una estrecha colaboración en el ámbito de la seguridad y de aumentar los lazos comerciales y económicos", dijo el funcionario, antes de la cumbre de los líderes del Sudeste Asiático y Joe Biden el 12 y 13 de mayo.
Ferdinand Marcos padre, que gobernó con mano dura la antigua colonia estadounidense de 1965 a 1986, se destacó con su esposa Imelda por la corrupción y un estilo de vida exorbitante en un país marcado por la pobreza.
Marcos, a quien Washington consideraba un aliado de la Guerra Fría, se exilió en Hawái tras las protestas masivas que significaron el final de su gobierno.
Marcos Jr, conocido como "Bongbong", sucederá en la presidencia a Rodrigo Duterte, responsable de una brutal guerra contra las drogas que, según los grupos de derechos humanos, deja decenas de miles de muertos.
En su mandato, Duterte se distanció de Washington, especialmente bajo la presidencia de Barack Obama, y se acercó a Pekín, dejando a un lado sus disputas marítimas en el mar de China Meridional a cambio de comercio e inversión.
Sin mencionar los derechos humanos, Campbell dijo que la relación de EEUU con el gobierno de Duterte "repuntó", por lo menos a "nivel estratégico".
sct/sw/dem/yow/ag/dbh