La COP15 contra la desertificación fue inaugurada este lunes en Abiyán, Costa de Marfil, en presencia de varios jefes de Estado africanos, para intentar actuar contra la degradación rápida de las tierras y responder " la emergencia climática".
Menos conocida que su "hermana mayor" sobre el clima, esta Conferencia de las Partes (COP) de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULCD), que celebra su 15ª edición, aborda cuestiones cruciales, pues la ONU calcula que el 40% de las tierras de todo el mundo se han degradado.
"Nuestra cumbre tiene lugar en un contexto de emergencia climática que impacta duramente en nuestras políticas de gestión de tierras y exacerba el fenómeno de la sequía", declaró el presidente marfileño, Alassane Ouattara, durante la apertura de la sesión.
"Nuestros pueblos tienen muchas esperanzas puestas en nosotros. No tenemos derecho a decepcionarles. ¡Actuemos rápido, actuemos juntos para darle una nueva vida a nuestras tierras!", agregó.
Nueve jefes de Estado africanos, incluidos los presidentes nigerino, Mohamed Bazoum; congoleño, Felix Tshisekedi; y nigeriano, Muhammadu Buhari, acudieron a la cita.
Los participantes de la COP15, que se prolongará hasta el 20 de mayo, intentarán proponer medidas concretas para frenar la desertificación.
Se prestará "una atención especial a la restauración de 1.000 millones de hectáreas de tierras degradadas para 2030, la perennidad de la utilización de las tierras frente a las consecuencias del cambio climático y (...) los riesgos de catástrofes como las sequías, las tormentas de arena y de polvo y los incendios forestales", indicó la CNULCD en un comunicado.
Estos fenómenos afectan notablemente al continente africano.
También se prevé abordar el faraónico proyecto de "La gran muralla verde", que busca restaurar cien millones de hectáreas de tierras áridas africanas para 2030, en una franja de 8.000 km, de Senegal a Yibuti.
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