BOSTON (AP) — El juicio de Mario Batali por conducta sexual inapropiada comenzó el lunes en un tribunal de Boston con su acusadora contando cómo quedó “conmocionada, sorprendida y alarmada” cuando el famoso chef la besó y manoseó agresivamente mientras se tomaban selfies en un restaurante en 2017.
La mujer de 32 años, una trabajadora en una empresa de software del área de Boston, dijo que se sintió confundida e incapaz de detener a Batali cuando éste la agarró “de una manera que nunca antes me habían tocado”.
“Todo sucedió tan rápido y esencialmente durante todo el tiempo”, declaró la mujer en el Tribunal Municipal de Boston. “Simplemente mucho contacto”.
Dijo que se sintió avergonzada hasta que vio a otras mujeres dar un paso al frente para pronunciarse sobre encuentros similares con Batali.
“Esto me pasó a mí y esta es mi vida”, dijo la mujer. “Quiero poder tomar el control de lo que sucedió, pronunciarme, contar mi parte y hacer que todos rindan cuentas por sus acciones”.
Pero el abogado de Batali, Anthony Fuller, trató de desacreditarla argumentando que el asalto nunca ocurrió.
Dijo que la acusadora tiene un incentivo financiero para mentir, ya que busca una compensación por daños de más de 50.000 de Batali en una demanda civil separada pendiente en el Tribunal Superior del Condado de Suffolk en Boston.
“Ella no está diciendo la verdad”, dijo Fuller. “Esto es un invento por dinero y diversión”.
Durante el interrogatorio, Fuller presentó estados financieros que mostraban que la mujer comió en Eataly, el mercado italiano que alguna vez fue propiedad de Batali, semanas después del encuentro y continuó frecuentando el bar de Boston donde tuvo lugar el presunto ataque.
″¿Vas al restaurante del tipo que afirmas que te agredió brutalmente?”, dijo. “Eso no tiene sentido”.
La mujer dijo que no recordaba haber ido a Eataly y sostuvo que no está hablando para obtener ganancias financieras. También difirió fuertemente con Fuller por cuestionar por qué ninguna de las muchas fotos tomadas con Batali esa noche mostraba el presunto asalto.
La mujer dijo que todas las fotos fueron tomadas relativamente de cerca y no mostraban cómo Batali, quien según ella estaba visiblemente borracho, estaba agarrando sus partes íntimas, tocándole la cara e incluso metiéndole la lengua en la oreja. Dijo que él también la invitó a su habitación de hotel después, lo que ella rechazó.
“Nunca antes me habían tocado así”, dijo la mujer. “Apretar mi vagina para acercarme a él, como si esa fuera una forma normal de agarrar a alguien”.
Pero Fuller argumentó que la acusadora no es una testigo confiable. Se centró en que la mujer admitió recientemente haber violado las instrucciones de un juez mientras formaba parte del jurado en un juicio penal no relacionado en 2018.
La mujer, que había afirmado que era clarividente en un cuestionario de selección del jurado, sostuvo en la corte el lunes que puede predecir eventos importantes antes de que sucedan “hasta cierto punto”.
El juicio del lunes comenzó después de que Batali, en una decisión sorpresiva, renunció a su derecho a un juicio con jurado y optó por que un juez decidiera su destino.
Batali, quien se declaró inocente de abuso indecente y agresión en 2019, podría pasar hasta dos años y medio de cárcel y registrarse como agresor sexual si es hallado culpable.
Batali se encuentra entre una serie de hombres de alto perfil que han enfrentado un juicio público durante el movimiento #MeToo contra el abuso y el acoso sexual en los últimos años.
El cocinero de 61 años solía ser uno de los astros de la cadena Food Network, apareciendo en programas como “Molto Mario” y “Iron Chef America”. Pero su carrera se vino abajo en medio de acusaciones de conducta sexual inapropiada.
Cuatro mujeres lo acusaron de toqueteo inapropiado en 2017, después de lo cual renunció a las operaciones diarias en su imperio de restaurantes y dejó el programa de cocina de ABC “The Chew”.
Batali ha ofrecido disculpas, reconociendo que las acusaciones “coinciden” con su modo de actuar.
“Cometí muchos errores y lamento mucho haber decepcionado a mis amigos, mi familia, mis fans y mi equipo”, dijo en un boletín por correo electrónico en aquel momento. “Mi comportamiento estuvo mal y no hay excusas. Asumo toda la responsabilidad”.
El año pasado, Batali, su socio comercial y su empresa de restaurantes en Nueva York acordaron pagar 600.000 dólares para resolver una investigación de cuatro años realizada por la oficina del fiscal general de Nueva York sobre acusaciones de que Batali, gerentes de restaurantes y otros trabajadores acosaron sexualmente a empleados.
En Boston, abrió una sucursal del popular mercado de comida italiana Eataly en el centro de Prudential Center en 2016, así como una Babbo Pizzeria e Enoteca en el Seaport District de la ciudad en 2015.