CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Dos periodistas murieron baleadas en el estado de Veracruz, con lo que ya son 11 los comunicadores asesinados en México en lo que va del año, considerado el más mortífero para la prensa mexicana, anunciaron autoridades estatales el lunes.
La periodista Yessenia Mollinedo Falconi, directora del portal El Veraz, y la reportera Sheila Johana García Olivera, quien también laboraba para el medio, murieron en el municipio de Cosoleacaque, indicó en su cuenta de Twitter la Fiscalía de este estado con litoral en el Golfo de México al anunciar la apertura de una investigación sobre el caso.
La fiscal de Veracruz, Verónica Hernández Giadáns, dijo en un comunicado que "no habrá impunidad, se agotarán todas las líneas de investigación, incluida su actividad periodística”.
Las autoridades estatales activaron el operativo “Código Rojo” para iniciar la búsqueda y localización de los agresores.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana dijo en Twitter que puso a disposición del gobernador de la entidad y la Fiscalía estatal las capacidades operativas y de investigación para colaborar en el esclarecimiento de los hechos.
“Daremos con los perpetradores de este crimen, habrá justicia y no habrá impunidad”, dijo en la red social el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, del partido oficial Morena.
Al confirmar los asesinatos, la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas indicó que las comunicadoras fallecieron en un ataque con armas de fuego cuando se encontraban afuera de una tienda de autoservicio.
Las muertes ocurren menos de una semana después del asesinato del periodista Luis Enrique Ramírez Ramos, cuyo cuerpo fue localizado el 5 de mayo envuelto en una bolsa negra de plástico en un camino de tierra cerca de la ciudad de Culiacán, en el estado de Sinaloa en el norte del país.
El sitio de noticias para el que trabajaba Ramírez Ramos, “Fuentes Fidedignas”, informó que había sido secuestrado cerca de su casa.
Doscientas personas se concentraron el lunes por la tarde en el monumento Ángel de la Independencia, en el centro de la capital mexicana, para protestar por el asesinato de Ramírez Ramos y otros comunicadores.
“En todo este tiempo no he dejado de pensar en la facilidad con que matan a un periodista en México”, dijo en la concentración Griselda Triana, esposa del periodista Javier Valdez, asesinado en 2017.
Valdez era un reportero galardonado que se especializaba en cubrir el narcotráfico y el crimen organizado en Sinaloa.
“Es mucho el enojo, la indignación, la impotencia, saber que venimos aquí a manifestarnos por el asesinato de Luis Enrique Ramírez, ocurrido hace unos días en Culiacán, Sinaloa, y nos agarra aquí la noticia del asesinato de dos mujeres periodistas en Veracruz”, expresó Triana. Hay que solicitarle a las autoridades que pongan freno a “esta matanza de periodistas”, añadió.
México es el país más violento del hemisferio occidental para el ejercicio del periodismo, según el Comité para la Protección de los Periodistas, un organismo activista de protección a la prensa con sede en Nueva York. De acuerdo con sus datos, nueve periodistas fueron asesinados en 2021 en el país.
La dificultad para esclarecer los homicidios de reporteros y activistas es un grave problema en México, según reconoció el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, quien en diciembre admitió que la impunidad en esos casos supera el 90%.
El coordinador general de Comunicación Social de la Presidencia, Jesús Ramírez, dijo en su cuenta de Twitter que los gobiernos federal y estatal trabajarán juntos para investigar los asesinatos.
“El compromiso es que no haya impunidad”, manifestó.
Las víctimas son en su mayoría integrantes de medios de comunicación pequeños y locales. Un ejemplo de ello son las víctimas del lunes. El Veraz operaba una página de Facebook y parecía publicar casi exclusivamente avisos sobre eventos o información pública del gobierno del municipio.
Los gobiernos estatales y el federal de México han sido criticados por no prevenir los asesinatos ni investigarlos suficientemente.
Si bien el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió un programa de “impunidad cero” para investigar los asesinatos, las autoridades nunca resuelven la mayoría de los homicidios en México. López Obrador también ha mantenido sus habituales ataques verbales a periodistas que critican a su gobierno.
En febrero, la Sociedad Interamericana de Prensa exhortó a López Obrador a “suspender de inmediato las agresiones e insultos, porque este tipo de ataques desde la cúpula del poder fomentan la violencia contra la prensa”.
Un mes después, el Parlamento europeo aprobó una resolución en la que hizo un llamado a las autoridades de México, y en particular a las más altas, a "abstenerse de emitir cualquier comunicado que pueda estigmatizar a los defensores de derechos humanos, periodistas y trabajadores de los medios, exacerbar el ambiente en su contra o tergiversar sus líneas de investigación”.
López Obrador rechazó firmemente esa resolución.