(Bloomberg) -- La anulación del fallo Roe vs. Wade corre el riesgo de aumentar la desigualdad económica en Estados Unidos, amenazando décadas de avances para las mujeres en lugares donde el aborto podría estar prácticamente prohibido.
El martes, la Corte Suprema confirmó que un borrador inicial de anulación del fallo Roe de 1973, filtrado a Politico, era auténtico, aunque no era el fallo definitivo. El borrador anularía el precedente federal de medio siglo que había dado a las mujeres el derecho a abortar y permitiría a los estados adoptar sus propias leyes y restricciones.
La filtración provocó protestas en todo el país y colocó el tema al frente de la agenda del Partido Demócrata. El martes por la noche, la vicepresidenta Kamala Harris pronunció un encendido discurso en el que acusó a los republicanos de atacar los derechos de las mujeres en una conferencia del grupo por el derecho al aborto Emily’s List que estaba programada antes de la filtración.
“¿Cómo se atreven a decirle a una mujer lo que puede y no puede hacer con su propio cuerpo?”, dijo Harris. “¿Cómo se atreven? ¿Cómo se atreven a tratar de evitar que determine su propio futuro?”.
Al acceso al aborto se le atribuye la ampliación del papel de las mujeres en las economías y los mercados laborales de todo el mundo. La posibilidad de acceder a abortos seguros es lo que evita que muchas mujeres estadounidenses caigan en la pobreza, según décadas de investigación.
Las mujeres afroamericanas e hispanas de bajos ingresos se ven afectadas de manera desproporcionada por las restricciones, ya que es más probable que carezcan de los fondos y la capacidad de ausentarse del trabajo para viajar fuera del estado para recibir atención médica.
“Es difícil exagerar el alcance probable de los efectos”, dijo Jason Lindo, profesor de economía de la Universidad Texas A&M en College Station. “La evidencia es muy clara de que esto tendrá resultados negativos en cosas como el logro educativo de las mujeres, la participación de las mujeres en la fuerza laboral y las mediciones de éxito económico”.
Si se anulara Roe, el impacto sería inmediato para las mujeres que deseen abortar en los estados que tomen decidan limitar o prohibir el acceso. Pero las consecuencias económicas durarían toda la vida y afectarían las finanzas personales, las redes de seguridad social de los estados y, posiblemente, la participación en el mercado laboral.
Las mujeres representan el 57% de la fuerza laboral y las mujeres jóvenes representan más del 57% de los graduados universitarios, señaló Anne Clark Wolff, fundadora del banco de inversión Independence Point Advisors.
“Revertir los derechos constitucionales que han sido protegidos durante décadas nos perjudicará a todos, no solo a las mujeres”, puntualizó.
División entre rojos y azules
Se espera que los estados más conservadores prohíban o restrinjan fuertemente el aborto, mientras que las regiones liberales probablemente mantendrán el derecho al aborto.
En efecto, 26 estados en los que viven unos 36 millones de mujeres prohibirán o restringirán fuertemente el aborto, si se anula Roe, según Alexis McGill Johnson, presidenta de Planned Parenthood. El fallo obligaría a algunas mujeres a tener embarazos no planificados, mientras que otras recurrirían a opciones de mayor riesgo.
“Ninguna decisión de un tribunal puede impedir el aborto. Punto”, afirmó.
Texas es un ejemplo de un mundo post-Roe para las mujeres de todo el país, y de sus implicaciones financieras. En septiembre, entró en vigor una ley que prohíbe el aborto después de que se detecte actividad cardíaca embrionaria, normalmente alrededor de las seis semanas y, por lo general, antes de que la mujer sepa que está embarazada.
Desde entonces, la mayoría de las mujeres que quieren abortar han viajado fuera del estado para recibir atención médica, según Anna Rupani, directora ejecutiva de Fund Texas Choice, que proporciona fondos a mujeres que viajan fuera del estado para realizarse un aborto.
“Muchas de nuestras clientas trabajan con su sueldo y no pueden darse el lujo de ausentarse del trabajo para abortar, o bien se ausentan y no se les paga”, dijo Rupani. Más de la mitad de las clientas de la organización ya tienen hijos y no tienen los medios económicos para tener más, agregó.
Los costos de los viajes de las mujeres han aumentado más del 30%, ya que las clínicas en Texas y los estados cercanos se han llenado y las clientas viajan normalmente más de 1.500 kilómetros para abortar, a California o Nueva York, según el grupo.
Mientras tanto, para las mujeres que se ven obligadas a continuar un embarazo no deseado, el resultado puede ser una vida de pobreza, según Diana Foster, directora de investigación de Advancing New Standards in Reproductive Health, un programa dentro del Bixby Center for Global Reproductive Health de la Universidad de California, San Francisco.
“Esto no es bueno para la economía”, dijo. “Está sacando a las mujeres del mercado laboral y obligando a las mujeres a criar a niños sin suficientes recursos para proporcionarles vivienda y comida”.
Alrededor de la mitad de las mujeres que desean interrumpir un embarazo ya viven por debajo del umbral de pobreza federal, y las tres cuartas partes tienen dificultades para pagar lo básico, como alimentos y vivienda, según el estudio Turnaway, el mayor estudio económico sobre el impacto financiero del aborto, que dirigió Foster.
Cinco años después de que se les niegue el aborto, las mujeres tienen cuatro veces más probabilidades de vivir por debajo del umbral de pobreza federal que las que se sometieron al procedimiento, reveló el estudio.
Otro estudio descubrió que, una década después de que se les negara el aborto, tenían más quiebras, desalojos y menores puntuaciones crediticias. Esto es lo que se desprende de un trabajo de investigación realizado en enero por autores que incluyen a Sarah Miller, de la Universidad de Michigan.
Quienes se oponen al aborto afirman que brindar acceso tiene su propio costo económico, ya que implica una población y mano de obra más reducidas. Según John Mueller, que investiga la intersección de la economía y la religión en el Centro de Ética y Políticas Públicas, un instituto conservador con sede en Washington, el aborto ha reducido la población del país en un 11% aproximadamente, disminuyendo el producto interno bruto en US$1,17 billones y debilitando la innovación.
Sin embargo, el acceso al aborto no necesariamente tiene un impacto en el crecimiento de la población: muchas mujeres que abortan terminan teniendo hijos más tarde cuando están económicamente preparadas para hacerlo, según una investigación de 2021 publicada en la revista Contraception.
La generalización de las restricciones al aborto perjudicaría de forma desproporcionada a las mujeres de color, que ya están más atrasadas que sus homólogas blancas en EE.UU. Incluso en el ajustado mercado laboral actual, el desempleo entre las mujeres negras es aproximadamente el doble del promedio nacional.
Las mujeres negras e hispanas son más propensas a optar por el aborto y solicitar recursos para financiarlo, y a vivir en estados en los que el aborto será ilegal, lo que significa que es más probable que sufran las consecuencias económicas, según Elizabeth Ananat, profesora de Mujer y Economía en el Barnard College.
“Sabemos que los niños que crecen en la pobreza ganan menos, terminan más a menudo involucrados en los sistemas de justicia y tienen peores resultados en una serie de métricas”, dijo. “Esos son resultados a largo plazo y de alto costo para la economía”.
Nota Original:
Decades of Women’s Economic Gains at Risk in U.S. Abortion Shift
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