Por Guy Faulconbridge
LONDRES, 28 abr (Reuters) -Rusia advirtió el jueves a Occidente de que habrá una dura respuesta militar a cualquier nuevo ataque contra el territorio ruso, acusando a Estados Unidos y a sus principales aliados europeos de incitar abiertamente a Ucrania a agredir a Rusia.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia el 24 de febrero ha matado a miles de personas, ha desplazado a millones más y ha hecho temer el enfrentamiento más grave entre Rusia y Estados Unidos desde la crisis de los misiles de Cuba de 1962.
Dos meses después de que Rusia invadiera Ucrania, en los últimos días Rusia ha informado de unos supuestos ataques de las fuerzas ucranianas en las regiones rusas que limitan con Ucrania, y ha advertido de que esos ataques corren el riesgo de una importante escalada.
Ucrania no ha aceptado directamente la responsabilidad, pero dice que los incidentes sirven de castigo, mientras que Rusia se ha enfadado por las declaraciones de Reino Unido, miembro de la OTAN, de que es legítimo que Ucrania ataque la logística rusa.
"En Occidente están llamando abiertamente a Kiev para que ataque a Rusia, incluso con el uso de armas recibidas de los países de la OTAN", dijo la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, a los periodistas en Moscú.
"No les aconsejo que pongan más a prueba nuestra paciencia".
El Kremlin dijo que los intentos occidentales -y en particular los británicos- de suministrar armas pesadas a Ucrania amenazaban la seguridad de Europa.
"En sí misma, la tendencia a bombear armas, incluidas las pesadas, a Ucrania y a otros países son acciones que amenazan la seguridad del continente y provocan inestabilidad", dijo a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR), Serguéi Naryshkin, acusó a Estados Unidos y Polonia de conspirar para obtener una esfera de influencia en Ucrania, la señal más fuerte de Moscú de que la guerra podría terminar con la partición forzada de Ucrania entre Occidente y Rusia.
MOSCÚ ADVIERTE
El Ministerio de Defensa de Rusia dijo el martes que si esos ataques continuaban, Moscú apuntaría a los centros de toma de decisiones en Ucrania, incluidos aquellos en los que, según dijo, los asesores occidentales estaban ayudando a Kiev.
"Kiev y las capitales occidentales deberían tomarse en serio la declaración del Ministerio de Defensa de que si se sigue incitando a Ucrania a atacar el territorio ruso, se producirá sin duda una dura respuesta por parte de Rusia", dijo Zajárova.
La portavoz calificó al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de marioneta de Occidente, que estaba siendo utilizada por Estados Unidos para amenazar a Rusia.
"Le están utilizando", dijo Zajárova.
Estados Unidos ha descartado el envío de fuerzas propias o de la OTAN a Ucrania, pero Washington y sus aliados europeos han suministrado armas a Kiev, como drones, artillería pesada Howitzer, misiles antiaéreos Stinger y antitanques Javelin.
El total de la ayuda a la seguridad de Estados Unidos desde la invasión asciende a unos 3.700 millones de dólares, según un representante estadounidense.
El presidente ruso Vladimir Putin considera que estos grandes envíos de armas forman parte de un plan más amplio de Estados Unidos y sus aliados para destruir a Rusia, y ha prometido que nunca tendrá éxito.
Putin dice que la "operación militar especial" —según la denominación del Kremlin— en Ucrania es necesaria porque Estados Unidos estaba utilizando a Ucrania para amenazar a Rusia y Moscú tenía que defenderse de la persecución de los rusoparlantes.
El conflicto lo presenta como un enfrentamiento inevitable con Estados Unidos, al que acusa de amenazar a Rusia entrometiéndose en su patio trasero y ampliando la alianza militar de la OTAN.
Ucrania dice que está luchando contra una apropiación de tierras al estilo imperial y que las afirmaciones de Putin sobre genocidio no tienen sentido. Zelenski ha estado suplicando a los líderes estadounidenses y europeos que suministren a Kiev armas y equipos más pesados.
(Reporte de ReutersEditado por Raissa Kasolowsky, traducido por José Muñoz en la redacción de Gdańsk)