Al menos 213 personas fueron asesinadas en cuatro días de violencia en Darfur (oeste de Sudán), según informaron las autoridades de esta región, hechos que llevaron a la ONU a pedir una investigación "rápida" e "independiente".
Según la Coordinación General para los Refugiados y Desplazados de Darfur, la violencia empezó el viernes cuando combatientes de tribus árabes atacaron aldeas Massalit, una minoría étnica, en represalia por la muerte el jueves de dos de sus miembros.
Los actos de violencia comenzaron en la localidad de Krink, habitada mayoritariamente por miembros de la tribu Massalit, y se extendieron hacia la capital de Darfur del Oeste, Geneina (centro oeste del país).
Los hechos más graves se dieron el domingo, con "201 muertos y 13 heridos", explicó en un video difundido el martes el gobernador de Darfur del Oeste, Khamis Abkar.
En su mensaje, el gobernador acusó a las fuerzas gubernamentales encargadas de proteger la localidad de Krink de "retirarse sin ninguna justificación" cuando se agravaron los combates el domingo.
Los enfrentamientos continuaban el miércoles, sobre todo en Geneina, donde se escucharon "fuertes disparos" que sembraron el pánico, según hizo saber la oenegé Coordinación General para los Refugiados y Desplazados de Darfur, en un comunicado de Adam Regal, su vocero.
Desde Ginebra, Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, pidió en un comunicado a las autoridades sudanesas investigaciones "rápidas, completas, imparciales e independientes sobre estos ataques, y que exijan una rendición de cuentas a todos los responsables".
Por su parte, la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció que algunos hospitales fueron atacados y que murieron varios miembros del equipo médico.
Algunos testigos acusaron de la violencia a la milicia janjawid, una fuerza integrada a las fuerzas armadas del gobierno sudanés.
En 2003, Darfur fue escenario de un conflicto entre rebeldes de una minoría étnica y el gobierno, de mayoría árabe, que acabó con la vida de 300.000 personas y obligó a 2,5 millones de habitantes a abandonar sus hogares, según datos de Naciones Unidas.
Después de salir en 2019 de 30 años de dictadura de Omar al Bashir, el golpe de Estado del general Abdel Fattah Al Burhan el 25 de octubre de 2021, hundió aún más al país en un barrizal político y económico.
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