Wimbledon tomó el miércoles una decisión política que podría dañar su imagen como torneo más prestigioso del mundo: excluir a los tenistas rusos y bielorrusos de la edición de 2022 satisface a un puñado de jugadores ucranianos, pero topa con la oposición de la mayoría del mundo de la raqueta.
"Presiento que se avecina una demanda", tuiteó el tenista estadounidense Reilly Opelka.
En efecto, la ATP reaccionó con un comunicado de una virulencia poco habitual en ella, estimando que la exclusión de los jugadores debido a su nacionalidad es "discriminatoria" e "injusta". La instancia indicó que valora posibles medidas, considerando que Wimbledon rompió el acuerdo por el que el torneo debe convocar a los mejores jugadores de la clasificación ATP, y de la ATP.
Pero al ser los torneos de Grand Slam autónomos, las eventuales sanciones que podrían infligir la ATP y la WTA conllevarían una reducción de los puntos atribuidos para sus clasificaciones (2.000 para el campeón), hasta la ausencia total de puntos. ¿Pero qué jugador rechazaría participar en ese torneo aunque fuese reducido al estatus de torneo de exhibición?
La ATP no parece inclinada a acudir a la justicia, mientras que la WTA podría aportar una ayuda a las jugadoras que sí deseen hacerlo.
Según el periódico francés L'Equipe, que tuvo acceso a un correo enviado por la WTA a todas las jugadoras afiliadas, la WTA estudia "las acciones que ustedes (las jugadoras) podrían llevar a cabo según los reglamentos del Grand Slam".
- 'Declaración de intenciones' -
Tres posibles vías de acción judicial se presentan: la discriminación por nacionalidad; el atentado a la libertad del trabajo porque "hablamos de deportistas que se verán coartados en su libertad de poder ejercer su profesión"; y la ruptura de la igualdad de trato ya que "es una medida que parece que sólo se aplica a los jugadores y jugadoras de tenis, mientras que otros profesionales de nacionalidad rusa o bielorrusa pueden seguir ejerciendo su actividad profesional sobre suelo inglés", indica para la AFP Tatiana Vassine, abogada especializada en derecho deportivo.
Sin embargo, Vassine estima que Wimbledon está sólo en una fase de "declaración de intenciones" y que las próximas semanas podrían permitir a la ATP y a la WTA impedir a los organizadores ingleses llevar a cabo su intención. "No hay que subestimar el 'soft power' del deporte", insiste.
La presión viene también por parte de jugadores y jugadoras, en activo o retirados.
"Dar los premios del torneo como ayuda humanitaria a las familias que sufren, a los niños que sufren, eso es algo que habría tenido un poco de impacto", sugirió uno de los perjudicados, Andrey Rublev, indicando que Wimbledon "se llevaría todos los honores".
Una opinión compartida en las redes sociales por el australiano John Millman, para quien "Ucrania ganaría mucho más si Wimbledon destinase todos sus beneficios en ayudas en lugar de excluir a los jugadores rusos y bielorrusos".
El N.1 del mundo Novak Djokovic, seis veces campeón en Wimbledon y tres veces ganador del torneo, calificó la decisión de "locura".
- Componente político -
Antigua número 1 del mundo y fundadora de la WTA en 1973, la estadounidense Billie Jean King se pronunció asimismo contra la decisión de Wimbledon.
"Uno de los principios que guiaron la creación de la WTA era que toda chica en el mundo, si tenía el nivel, debería tener la oportunidad de jugar (...) Yo no puedo apoyar la exclusión de deportistas individualmente, sea cual sea el torneo, con el único pretexto de su nacionalidad", tuiteó la antigua jugadora, que ostenta junto a Martina Navratilova el récord de 20 títulos en Wimbledon (6 en individual, 10 en dobles y 4 en doubles mixtos).
Pero es sobre todo el componente político de la decisión de Wimbledon lo que ha suscitado más críticas.
La Federación Bielorrusa considera que una "decisión tan dura" de Wimbledon no puede ser tomada "bajo presiones directas ejercidas por el gobierno británico".
A principios de año, una decisión del gobierno australiano privó al N.1 del mundo Novak Djokovic del Abierto de Australia por haber rechazado vacunarse contra el covid-19.
Pero en el caso de Wimbledon, "no hay intervención del gobierno" y la decisión del torneo no se apoya sobre una ley o interés general del país, explica Vassine.
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