Quien haya invertido en 2020 en Bitcoin probablemente haya hecho un buen negocio. En aquel momento, la criptomoneda llegó a cotizar a 8.000 euros (unos 8.650 dólares a la cotización actual). A fines de marzo de 2022, su valor superaba los 40.000 euros.
Las historias acerca de tan fabulosas oportunidades para obtener ganancias atraen a los inversores al mercado de criptomonedas. Y no solo invierten en la pionera Bitcoin, sino también en otras como Ethereum, Cardano o Dogecoin.
Las criptomonedas son medios de pago digitales. Se gestionan y comercializan a través de sistemas de pago descentralizados y seguros en Internet, sin los controles de los bancos.
Casi 300 millones de personas contaban a fines de 2021 con este tipo de monedas digitales, según estimaciones de la plataforma Crypto.com. Y se estima que el número de los inversores seguirá creciendo.
"Muchos tienen miedo de estar perdiéndose algo. Por eso se suman", dice Hartmut Walz, economista financiero de la Universidad de Ludwigshafen alemana.
Al mismo tiempo, cada vez es más fácil comprar criptomonedas. Hace mucho tiempo que agentes financieros en línea ofrecen la posibilidad de comprar criptomonedas. Incluso algunas cajas de ahorro quieren que sus clientes puedan hacerlo a través de sus cuentas corrientes.
Timo Emden, especialista en criptomonedas del portal bursátil Emden Research, afirma que el interés ha aumentado claramente.
"Las criptomonedas llegaron al mundo finaciero clásico y esta clase de activos se ha establecido. Por lo tanto, es necesario y tiene sentido que los bancos clásicos también den el paso", sostuvo.
Según Emden, muchos inversores quieren invertir, pero aún no se atrevieron porque comprar y administrarlas es complicado.
Hasta ahora, quienes quisieron invertir en Bitcoin y otras criptomonedas debieron comprar estas divisas digitales, en su mayoría, a través de plataformas comerciales para luego transferirlas a sus propias billeteras, una especie de monedero digital.
Los propietarios deben mantener el acceso de estos monederos, la denominada "Private Key" (clave privada), lo más seguro posible. Se necesita tiempo y paciencia para entenderlo y configurarlo.
Con los corredores en línea esto suele ser más fácil porque mediante un clic o una pasada el inversor ya posee un poco de Bitcoin o Ethereum, que además se almacena en un monedero allí mismo.
Un acceso lo más sencillo posible también permitiría el ingreso a este mundo de inversores que hasta ahora no pertenecían necesariamente al grupo objetivo, como ahorristas de edad avanzada o pequeños inversores que no son fanáticos de la tecnología.
"Las criptomonedas son una nueva clase de inversión con potencial, especialmente en lo que respecta al uso de esta tecnología en otros ámbitos", afirma Emden. El experto señala que, si se mira el pasado, se pueden ver las oportunidades de precios que existen.
Harmut Walz, por su parte, considera que "es una señal fatal que cada vez sea más fácil adquirir monedas digitales". "Esto va dirigido a los grupos objetivo equivocados", advierte.
El economista alerta que las experiencias con esta clase de activos aún son escasas. Y quienes quieren invertir, señala, ignoran que muchas criptomonedas hace ya mucho tiempo dejaron de existir. Por ello, muchos inversores no ven los riesgos de adquirir criptomonedas.
"Nadie puede evaluar realmente los riesgos, en particular los pequeños inversores. Incluso las características básicas de la tecnología que hay detrás de las monedas son difíciles de entender", dice Walz.
Hay un principio que rige en el tema de la inversión de capital, y es que solo hay que comprar los productos de inversión que cada uno entienda. Solo entonces el inversor sabe con claridad dónde está su dinero.
Como no hay valores reales detrás de las monedas digitales, pueden desaparecer del mercado en cualquier momento o ser sustituidas por otras monedas. En tal caso, el dinero invertido se perdería. Los inversores deben tenerlo en cuenta.
Varios países están barajando la idea de prohibir el comercio de criptodivisas. Estos planes están descartados por el momento en la Unión Europea pero China, por ejemplo, está tomando medidas contra la propagación de las monedas digitales.
"Obtener ganancias con las monedas digitales es una pura cuestión de suerte. Nadie puede prever con antelación cómo se desarrollará el mercado a largo plazo", sostiene Walz.
Apenas un tuit del fundador de Tesla Elon Musk puede alcanzar para mover el precio de las criptomonedas. Como cuando el empresario anunció el año pasado, por ejemplo, que en un futuro sus vehículos también podrán ser adquiridos con criptomonedas.
Muchos inversores también apuestan por las criptodivisas como moneda de crisis, similar a lo que ocurre con el oro.
Al fin y al cabo, según este argumento, las criptomonedas tampoco están controladas por ningún banco central. Y en el caso del Bitcoin, por ejemplo, el número de monedas es limitado, al igual que ocurre con el metal precioso, que no puede extraerse infinitamente de la tierra.
Los bancos centrales, en cambio, pueden poner en marcha las máquinas de imprimir a voluntad, lo que puede alimentar la inflación.
"Las criptomonedas no ofrecen ninguna protección en las fases del mercado caracterizadas por la incertidumbre, ya que funcionan como una clase de activos de alto riesgo y suelen abandonarse a toda prisa cuando surge la incertidumbre", subraya el especialista del portal bursátil Emden Research.
"La narrativa del 'refugio seguro' sigue siendo un mito", advierte.
Por eso, Emden también pide precaución a la hora de invertir. "El riesgo de impago es mucho mayor que en la renta variable. Así que los inversores también deben esperar una pérdida total", alerta.
Pero el experto no quiere desaconsejar por completo las criptomonedas porque, según señala, depende sobre todo del riesgo que se quiera y pueda asumir.
Por lo tanto, si se compran ciberdivisas, es importante invertir en ellas solo una parte de los ahorros. Y tampoco invertir en una sola moneda, según aconseja Emden. "Hay que comprar varias monedas para minimizar el riesgo de impago".
Por encima de todo, agrega, los inversores no deben apostar a corto plazo, sino que deben mantener la inversión a largo plazo.
dpa