Por Eduardo Baptista
PEKÍN, 15 abr (Reuters) - Sun Jian, un estudiante de máster de 37 años de la ciudad china de Yantai, llevó a cabo durante meses una campaña en solitario contra las medidas de prevención del COVID-19 de su universidad, que incluyó duras críticas en las redes sociales.
La gota que colmó el vaso de las autoridades llegó el 27 de marzo, cuando Sun se paseó por su campus con una pancarta en la que se leía "levanten el confinamiento de Ludong".
La policía lo detuvo y el 1 de abril la Universidad de Ludong lo expulsó, según una carta de la universidad vista por Reuters.
Los responsables de la universidad no respondieron a una petición de comentarios.
La opinión pública china ha apoyado en gran medida la política "COVID cero" que mantuvo a raya el coronavirus durante los dos años posteriores a su aparición en la ciudad central de Wuhan a finales de 2019 y su rápida propagación por todo el mundo.
Pero el apoyo parece estar desgastándose a medida que la variante ómicron, altamente contagiosa, emerge en China, desencadenando restricciones que han provocado escasez de alimentos, separaciones familiares, pérdida de salarios y sufrimiento económico.
La protesta de Sun refleja la creciente frustración y el resentimiento, en una sociedad que generalmente respeta la autoridad, con una estrategia frente al COVID-19 que se ve cada vez más desafiada por la variante ómicron.
En algunos casos, el rechazo se ha hecho viral en las redes sociales, con vídeos de ciudadanos que se pelean con el personal sanitario y gritan su enfado por los confinamientos desde las ventanas de sus apartamentos.
El espacio para la disidencia se ha reducido a medida que China se ha vuelto más autoritaria bajo el mandato del presidente, Xi Jinping, y el enfado por las restricciones del COVID-19 ha creado dolores de cabeza a las autoridades que han instado al público a hacer sacrificios por el bien común.
Sun dijo que su universidad había trasladado las clases a internet y había prohibido a los estudiantes salir del campus, recibir paquetes o recibir entregas de comida del exterior.
Sun calificó las restricciones de innecesarias, dada la baja tasa de mortalidad asociada a la variante ómicron.
"Los problemas causados por el virus no se pueden comparar con los trastornos causados por algunas de las medidas contra el COVID-19 adoptadas por nuestra escuela", dijo Sun a Reuters por teléfono.
Dijo que sus cuentas en las redes sociales habían sido bloqueadas.
(Información de Eduardo Baptista; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)