AUSTIN, Texas, EE.UU. (AP) — El gobernador de Texas Greg Abbott se resistió el miércoles a los exhortos del gobierno mexicano, empresas e incluso algunos aliados para que flexibilice su nueva política fronteriza que ha paralizado el tránsito de camiones con dirección a Estados Unidos y cerrado uno de los puentes comerciales más transitados del mundo.
El gobernador republicano, quien ha ordenado que los camiones comerciales procedentes de México sean sometidos a inspecciones adicionales como parte de una disputa con el gobierno del presidente Joe Biden por el tema migratorio, se ha rehusado a dar marcha atrás en momentos en que sigue el congestionamiento de vehículos.
La crisis ha dado pie a advertencias de gremios y expertos de que los compradores estadounidenses de comestibles podrían enfrentar pronto escasez y precios más altos a menos que el tránsito de camiones vuelva a la normalidad.
Abbott anunció el miércoles que suspendería las inspecciones en un puente en Laredo tras alcanzar un acuerdo con el gobernador del estado vecino de Nuevo León, México. Pero algunas de las peores aglomeraciones de camiones y cierres de puentes han ocurrido en otras partes de los 1.900 kilómetros (1.200 millas) de frontera de Texas.
“Entiendo las preocupaciones que tienen los negocios que intentan mover productos a través de la frontera”, dijo Abbott durante una visita a Laredo. “Pero también conozco las frustraciones de mis conciudadanos texanos y de mis compatriotas estadounidenses provocadas por la falta de seguridad en nuestras fronteras por culpa del gobierno de Biden”.
Abbott dijo que los camiones comerciales que ingresen en otras partes continuarán siendo inspeccionados por agentes estatales hasta que los gobernadores de otros tres estados limítrofes de México alcancen acuerdos de seguridad con Texas. No precisó qué deben contener esas medidas.
En el Puente Internacional Pharr-Reynosa, el puerto terrestre por donde pasa el mayor volumen de productos agrícolas hacia Estados Unidos, los camioneros que protestan contra la orden de Abbott habían obstruido el puente desde el lunes. Sin embargo, el miércoles en la tarde, funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés) dijeron que las protestas habían concluido y se había reanudado el tránsito de mercancías.
El gobernador de Nuevo León, Samuel García, acompañó a Abbott en Laredo, donde los tiempos de espera en el Puente Colombia Solidaridad alcanzan tres horas o más. García dijo que Nuevo León comenzaría a instalar retenes para garantizar a Abbott que los camioneros “no tengan problema alguno”.
Abbott dijo que esperaba que otros estados mexicanos hagan lo mismo pronto, y afirmó que las autoridades de esas entidades se habían comunicado con su despacho. El martes, los gobernadores de Coahuila y Tamaulipas habían enviado una carta a Abbott en la que describieron esas inspecciones como demasiado estrictas.
“Esta política incrementará en última instancia los costos al consumidor en un mercado con la mayor inflación en 40 años; mantener a la frontera como rehén no es la respuesta”, dice la carta.
Los embotellamientos son consecuencia de una iniciativa que según Abbott es necesaria para frenar el tráfico de personas y el flujo de drogas. Abbott ordenó las inspecciones como parte de las “medidas sin precedentes” que prometió en respuesta a la decisión del gobierno de Biden de poner fin a la vigencia de una ley de salud pública que ha limitado las solicitudes de asilo en la frontera sur del país con el fin expreso de evitar la propagación de COVID-19.
Además de las inspecciones, Abbott también dijo que Texas comenzará a ofrecer a los migrantes viajes en autobús hasta Washington, D.C., en una muestra de la frustración con el gobierno de Biden y el Congreso. Horas antes de la conferencia de prensa en Laredo, Abbott anunció la llegada del primer autobús con 24 migrantes a Washington.
Durante la última semana de marzo, funcionarios de la Patrulla Fronteriza dijeron que la zona limítrofe promediaba más de 7.100 cruces a diario.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, describió la orden de Abbott como “innecesaria y redundante”. Los camiones son inspeccionados por agentes de la CBP cuando ingresan en el país, y aunque los agentes estatales de Texas han inspeccionado antes algunos vehículos, funcionarios y propietarios de negocios locales dicen que los agentes estatales nunca han parado a todos los camiones hasta ahora.
El tránsito transfronterizo se ha reducido a una tercera parte de su nivel normal desde que comenzaron las inspecciones, dijo el gobierno de México. México es un importante abastecedor de verduras frescas para Estados Unidos, y los importadores dicen que los tiempos de espera y el enviar a los camiones a otros puentes hasta puntos distantes como Arizona ha resultado en que se echen a perder algunos envíos de productos agrícolas.
La presión sobre Abbott, que busca la reelección en noviembre, ha provenido incluso de sus simpatizantes y miembros de su propio partido.
La Asociación de Camioneros de Texas, que ha apoyado la campaña de Abbott, dijo que la actual situación “no puede sostenerse”.
John Esparza, presidente de la asociación, dijo estar de acuerdo con los intentos de encontrar una solución con los gobernadores de México. Pero precisó que si se dilatan las conversaciones, los congestionamientos podrían abrumar los puentes donde Texas ya no realiza las inspecciones.
“Cuanto más se prolongue la situación, mayor será el impacto que se sienta en el país”, dijo Esparza. “Es como cuando golpea un desastre”.
Debido a las demoras, el operativo fronterizo emprendido por Abbott ha sido blanco de fuertes críticas. Texas tiene miles de policías estatales y efectivos de la Guardia Nacional en la frontera y ha convertido prisiones en cárceles para los migrantes arrestados por cargos estatales de invasión de propiedad privada.
Los críticos cuestionan cómo las inspecciones están cumpliendo el objetivo de Abbott de detener el flujo de migrantes y drogas. A la pregunta de qué habían encontrado los agentes estatales en sus inspecciones a los cambiones, Abbott la refirió al Departamento de Seguridad Pública de Texas.
Hasta el lunes, la agencia dijo que había inspeccionado más de 3.400 vehículos comerciales y había puesto a más de 800 “fuera de servicio” por infracciones como defectos en frenos, neumáticos o luces. No mencionó si se encontraron migrantes o drogas durante las inspecciones.
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Los periodistas de Associated Press Susan Montoya Bryan, en Albuquerque, Nuevo México, y Mark Stevenson, en Ciudad de México, contribuyeron a este despacho.