Las catastróficas inundaciones de Sudáfrica dejaron al menos 341 muertos y afectan a cerca de 41.000 personas, según un nuevo balance este jueves, mientras en la región de Durban seguían las filas ante las morgues para depositar cadáveres.
La mayoría de las víctimas murieron en la zona de la ciudad de Durban, uno de los principales puertos africanos de la provincia de Kwazulu-Natal (KZN, este) y epicentro del temporal que comenzó el pasado fin de semana. Se declaró el estado de catástrofe.
"Un total de 40.723 personas se han visto afectadas. Lamentablemente, se han registrado 341 muertes", declaró el ministro provincial Sihle Zikalala en una rueda de prensa.
Más de 100 cadáveres fueron depositados en la morgue de Phoenix, en las afueras de Durban.
"Es demasiado", dijo uno de los empleados que no quiso identificarse, y habló de las filas de familias que venían a traer a sus muertos. Los entierros están prohibidos hasta que se estabilice el terreno anegado.
Las lluvias, que alcanzaron niveles nunca vistos en más de 60 años, derribaron puentes y carreteras y aislaron gran parte de esta región costera con el Océano Índico. Más de 250 escuelas se vieron afectadas y miles de casas fueron destruidas.
Las autoridades anunciaron la apertura de unos 20 refugios de emergencia que acogen a más de 2.100 personas sin hogar.
Mientras esperan ser rescatados, miles de supervivientes fueron abandonados a su suerte. "No hay nadie aquí que nos ayude", dijo Thobele Sikhephen, de 35 años, frente a su casa de hojalata llena de barro de un "township" (gueto).
También hubo protestas esporádicas para exigir ayuda. En un comunicado, las autoridades de Durban pidieron "paciencia", explicando que las tareas de socorro se ralentizaron "debido a la magnitud de los daños en las carreteras".
Algunas carreteras se limpiaron con excavadoras y se reabrieron pero la mayoría siguen siendo inaccesibles, llenas de escombros o anegadas en agua marrón.
Las autoridades pidieron a la población que evite en lo posible el contacto con el agua potencialmente "contaminada".
- Cuatro días sin agua ni electricidad -
En el gueto de Amaoti, al norte de Durban, donde la mayoría de las casas son de chapa ondulada o de tablones de madera, había grupos de gente llenando cubos con agua potable de las tuberías que quedaron a la vista tras el derrumbe de un enorme tramo de una carretera.
En algunas zonas, el agua y la electricidad están cortadas desde hace cuatro días y falta de todo.
Las autoridades locales hicieron un llamamiento para donar alimentos no perecederos, agua embotellada y cualquier otra cosa que sirva para calentarse.
También hubo saqueos y las imágenes de las cámaras de vigilancia compartidas en las redes sociales mostraban a personas asaltando los estantes de los supermercados.
En el puerto, las grúas recogían los enormes contenedores metálicos que las lluvias del día anterior habían arrojado hasta la autopista.
Esta región ya vivió una destrucción masiva el pasado mes de julio, durante una ola de disturbios y saqueos sin precedentes.
Las previsiones meteorológicas anuncian tormentas y riesgo de inundaciones localizadas durante el fin de semana de Pascua. También se espera que las nuevas tormentas afecten a las provincias vecinas de Free State (centro) y Eastern Cape (sureste).
Las autoridades hablaron de "una de las peores tormentas de la historia del país" mientras que el presidente Cyril Ramaphosa lamentó "un desastre de enormes proporciones".
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