La mejor forma de fomentar la reproducción de las abejas salvajes es, aunque suene increíble, facilitarles una pequeña playa en el propio jardín. ¿Cómo? La organización ecologista alemana BUND aconseja crear en el jardín una zona soleada y arenosa para las abejas silvestres. Esto se debe a que la mayoría de las especies de este grupo de insectos anidan en el suelo. También pueden servirles de hábitat un trozo de madera muerta o un montón de restos de leña apilados. Además, quien quiera practicar una jardinería amigable con los insectos debería pensar en una pequeña piscina para que las abejas puedan beber agua. La BUND aconseja llenar un cuenco poco profundo y colocar en él algunas piedras o algo de madera para que las abejas puedan posarse y tomar agua. De esta forma, el cuenco les sirve como lugar de aterrizaje y bebedero. A fin de cuentas, lo que buscan es eso y no una piscina en la que nadar. dpa