AUGUSTA, Georgia, EE.UU. (AP) — Caminó entre las azaleas y evidenció sólo un ligero renqueo.
No pudo agacharse para calcular sus putts en los complicados greens del Augusta National.
Pero por lo demás, no hubo ningún otro indicio de que Tiger Woods casi perdió la pierna derecha hace 14 meses en un accidente vehicular.
El mayor resurgimiento de Woods tuvo un electrizante inicio el jueves, cuando registró una tarjeta de uno bajo par y 71 golpes en la ronda inicial del Masters
“Terminé en números rojos”, dijo con confianza. “Estoy en donde necesito estar”.
Mientras Woods caminaba rápidamente hacia la casa club tras un complicado día que se extendió por cinco horas y media, escuchó gritos de la afición diciendo: “¡Bien hecho Tiger!”.
Cerca de la mitad de los participantes seguían en el campo cuando Woods entregó su tarjeta, que incluía tres birdies, un par de bogeys y muchos sólidos pares, la mayoría rescates con su hábil toque en los greens.
El astro se ubicó en cuatro golpes detrás del surcoreano Sungjae Im, quien completó su ronda en 67 golpes, cinco debajo del par.
Cameron Smith está segundo, a un golpe de la cima. El chileno Joaquín Nieman tuvo una jornada de 69 golpes y comparte el tercer sitio con otros tres golfistas: Scottie Scheffler, Dustin Johnson y Danny Willett.
Niemann logró sin duda el mejor tiro de la jornada, para apuntarse un eagle en el hoyo 9. Pero ni eso le redituó la mayor ovación del día.
Ésas estuvieron reservadas para Woods, quien apareció en el campo junto al chileno.
“Probablemente al comienzo noté que había mucha gente, pero luego, cuando trataba de hablar con mi caddie, simplemente no podía escuchar nada de lo que decía”, relató Niemann.
Woods logró un último truco en el hoyo 18. Después de que envió su tiro desde el tee hacia los pinos a la derecha, sólo se pudo acercar al green.
Colocó luego la pelota a seis pies y con un putt logró mantener su tarjeta debajo del par.
“Me sentí bien”, indicó Woods. “Una vez que la adrenalina hizo efecto y entré en mi propio mundo, sabía que podía encargarme de todo”.
Pero se sintió como si ya fuera el ganador.
“No puedes dejar de verlo”, dijo el australiano Smith. “Es una inspiración verlo de regreso y jugando”.
Un birdie en el hoyo 6 volvió locos a los asistentes. Un descuidado bogey en el hoyo 8 de par 5 provocó gemidos, pero el increíble juego corto de Woods evitó que terminara con un número grande que podría haber desencadenado la tragedia en Augusta.
No podía agacharse completamente para ver sus putts y ello lo obligó a apoyarse en su caddie Joe LaCava para juzgar los complicados greens en el Augusta National.
Pero eso fue un inconveniente menor después de lo que vivió.
La carrera de Woods estuvo en riesgo después del accidente automovilístico que lo dejó tres meses en una cama de hospital. Woods no apareció en público sino hasta noviembre, cuando difundió un video en el que se le vio practicando con un palo y el mensaje: “Estoy progresando”.
A pesar del largo descanso y las obvias limitaciones físicas debido a las tuercas y varillas que sostienen su pierna derecha, Woods aún cree que puede llevarse su sexto saco verde.
¿Ahora qué?
“Mucho hielo”, dijo, esbozando una sonrisa.
Como en los viejos tiempos.