El reportero español Marc Marginedas dijo que tuvo que ocultar que es homosexual durante su cautiverio al declarar este martes en el juicio en Estados Unidos de uno de sus presuntos secuestradores del grupo Estado Islámico, en el que también testificó la madre de la cooperante asesinada Kayla Mueller.
Ambos declararon como testigos en el quinto día del juicio en una corte federal contra El Shafee Elsheikh, un exciudadano británico de 33 años y presunto miembro de la célula del Estado Islámico (EI) a la que los rehenes bautizaron los "Beatles" debido a su acento británico.
Elsheikh está acusado de estar involucrado en los asesinatos de la cooperante Kayla Mueller y otros tres estadounidenses: los periodistas James Foley y Steven Sotloff y el también trabajador humanitario Peter Kassig.
"Decidieron que yo era un prisionero importante", declaró en inglés el veterano periodista español de El Periódico de Catalunya, a quien al principio tuvieron dos días sin beber en el sótano de un hospital, en cuyo pasillo "torturaban masivamente a las personas", con palizas y descargas eléctricas.
"Para mí fue una tortura", "no sabía si era de día o de noche". Más tarde lo trasladaron a una casa abandonada donde había más rehenes.
"Solo nos alimentaban dos veces al día, a veces se olvidaban de nosotros". Los primeros guardias eran franceses, menos brutales, pero los británicos (los Beatles) eran "muy, muy, muy crueles". "Sabían dónde golpear para infligir dolor".
Los Beatles "odiaban a nuestros países. Odiaban a Estados Unidos, Francia y en menor medida España", afirmó Marginedas, que recuerda que se ensañaron con Steven Sotloff porque "sospechaban que era judío".
El periodista británico John Cantlie me advirtió que los secuestradores "odiaban a los gais" y que tenía que ocultar que era homosexual.
Los rehenes fueron trasladados un par de veces más. Cuando lo liberaron tenía una costilla rota, deficiencia de vitamina E y 20 kilos menos.
- "Kayla no es tu enemiga"
Marsha Mueller declaró un día después que el novio de su hija, Rodwan Safarjalani.
De vez en cuando, secándose las lágrimas, Mueller recordó que su hija trabajó en un orfanato en India y dando clases a refugiados tibetanos antes de ir a Siria. "Siempre quiso ayudar a la gente".
Su hija fue capturada por el EI en 2013 mientras acompañaba a Safarjalani, un sirio, en un viaje a un hospital en la ciudad de Alepo.
Marsha Mueller detalló al tribunal el intercambio de correos electrónicos con los captores que pedían un rescate de cinco millones de euros o la liberación de Aafia Sidiqui, una pakistaní encarcelada en Estados Unidos por intento de asesinato de soldados estadounidenses.
"No queremos hacerle daño", dijeron los secuestradores en uno de los correo. "Es como una invitada".
Pero, advirtieron, que si los Mueller no satisfacían sus exigencias su hija cumpliría "cadena perpetua como Sidiqui".
Los Mueller alegaron que se trataba de "una cantidad astronómica para una familia con recursos limitados" y que el padre de Kayla, Carl Mueller, se había retirado del negocio de reparación de automóviles.
La respuesta fue cortante: "Jubilarse no le ayudará a recuperar a su hija, así que póngase a trabajar y gane dinero".
Mueller dijo que el gobierno de Estados Unidos les había dicho que los secuestradores "no harían daño a una mujer", pero decidieron suplicar al entonces líder del EI, Abu Bakr al Bagdadi.
"Kayla no es tu enemiga", dijo Marsha Mueller en el mensaje de video. "Muestra misericordia".
Aunque no ha salido a relucir en el juicio este martes, hace años se supo que Kayla Mueller fue entregada a Al Bagdadi, quien supuestamente la violó muchas veces antes de matarla.
En 2014 los secuestradores pidieron además el cese de las actividades militares estadounidenses contra el EI.
Los Mueller no recibieron respuesta a numerosos correos electrónicos posteriores y el EI afirmó en 2015 que Kayla había muerto en un ataque aéreo de aviones jordanos.
Durante una pausa en el juicio, el novio de Kayla se acercó a Elsheikh y le gritó en árabe que iría al infierno.
Cuando se reanudó la sesión, el juez T.S. Ellis le advirtió que si se repetía le expulsaría, pero le permitió quedarse porque -dijo- había hecho una "predicción", no una "amenaza".
Los "Beatles" secuestraron a por lo menos 27 personas en Siria entre 2012 y 2015, incluidos varios periodistas europeos, como el también español Javier Espinosa, que fueron liberados previo pago de rescates.
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