Miles de personas se manifestaron el martes en Ereván, la capital de Armenia, para ejercer presión sobre el gobierno antes de una cumbre en Bruselas sobre la resolución del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán por la región de Nagorno Karabaj.
El primer ministro armenio, Nikol Pachinian, y el presidente azerí, Ilham Aliev, deben reunirse el miércoles en la capital belga en unas negociaciones organizadas bajo la mediación de la Unión Europea.
En noviembre de 2020, un acuerdo puso fin a una guerra de seis semanas entre estas dos exrepúblicas soviéticas por el control del enclave independentista de Nagorno Karabaj.
El conflicto, que dejó más de 6.500 muertos, terminó con una amplia derrota de Armenia, que tuvo que entregar amplias zonas del territorio que controlaba desde una primera guerra a principios de la década de 1990.
"Estamos aquí para indicar las líneas rojas que el gobierno armenio no debe cruzar en las negociaciones con Azerbaiyán", aseguró a la AFP Gegham Manoukian, un responsable del partido de oposición Federación revolucionaria armenia.
Otra manifestante, Marine Haroutiounian, dijo que no esperaba "nada positivo" de la reunión del miércoles en Bruselas.
Tanto Armenia como Azerbaiyán dijeron en los últimos días que querían reanudar los esfuerzos diplomáticos para alcanzar un tratado de paz.
El encuentro en Bruselas se produce tras nuevas tensiones en Nagorno Karabaj, donde están desplegadas fuerzas rusas de mantenimiento de la paz desde noviembre de 2020.
Poblada mayoritariamente de armenios, esta región montañosa se separó de Azerbaiyán tras el fin de la Unión Soviética, desatando una primera guerra en los años 1990 que provocó unas 30.000 muertes y cientos de miles de refugiados.
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