El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, anunció el miércoles la creación de un ministerio del Interior para enfrentar el aumento del narcotráfico y el recrudecimiento de la violencia.
Tras la renuncia de la exministra de Gobierno Alexandra Vela, Lasso posesionó a su sucesor, Francisco Jiménez, y anunció la división de esa entidad para crear la cartera de Interior, que deberá "garantizar la seguridad pública".
Al frente de la cartera de Interior estará el general retirado Patricio Carrillo, quien fue comandante general de la policía.
Ecuador cerró el año pasado con una tasa de 14 asesinatos por cada 100.000 personas, casi el doble que en 2020.
En lo que va de 2022, se han decomisado en Ecuador unas 47 toneladas de droga y el año pasado incautó el récord de 210 toneladas.
"Es vital que empecemos a construir un modelo de seguridad integral" para enfrentar amenazas como el crimen organizado, dijo Carrillo.
En cuanto al nuevo ministro de Gobierno, quien se desempeñaba como diputado, será el encargado "de encontrar las vías más idóneas para concretar varios objetivos políticos, no de este gobierno, sino del interés nacional", indicó Lasso durante el evento de posesión en el palacio de Carondelet, en Quito.
Lasso agregó que Jiménez trabajará "sin ceder a chantajes y sin traicionar a nuestros principios y mucho menos a nuestros mandantes".
La Asamblea Nacional y el Ejecutivo sostienen una pugna. Las fuerzas de oposición en el Parlamento, que están dispersas pero tienen la mayoría, han rechazado casi todas las propuestas de ley de Lasso, que denuncia un "boicot".
Ante ese escenario, Vela -que estuvo ocho meses en el cargo- había planteado a Lasso la "muerte cruzada" o disolución del Congreso, por considerarlo una "amenaza para la democracia".
La Constitución faculta al mandatario a disolver la Asamblea Nacional dentro de los tres primeros años de administración por causales como obstruir la ejecución del Plan Nacional de Desarrollo. Esa medida está atada a convocar inmediatamente a elecciones legislativas y presidenciales para completar el período de cuatro años.
El Congreso también puede destituir al presidente por arrogarse funciones o por una grave crisis política y conmoción interna.
El martes también renunció a su cargo el consejero de Gobierno Carlos Jijón, quien cumplía el rol de portavoz presidencial.
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