Poco después de las 19H00 del domingo, el tren expreso Allegro procedente de San Petersburgo llegó a la capital finlandesa, y con él el último enlace ferroviario entre Rusia y la Unión Europea (UE), un mes después de la invasión rusa de Ucrania.
El operador de trenes finlandés VR anunció el viernes la suspensión del servicio Allegro, que desde la ofensiva rusa contra Ucrania ha agotado todos sus pasajes, con muchos ciudadanos rusos que buscan salir del país antes de que las sanciones occidentales lo hagan imposible.
"Ahora que recogí a mis gatos no tengo motivo para volver, tengo todo lo que es valioso para mí", comentó Alex, quien reveló sólo su nombre. Este moscovita, que ha vivido varios años en Helsinki, bajó del tren con una caja en la que iban sus dos mascotas.
"La situación en Rusia se ha complicado más", declaró a AFP Alex, un estudiante universitario quien viaja con su madre de Moscú, donde estudia, a su casa en Portugal para las fiestas de Pascua.
Deberá regresar a la capital rusa para sus exámenes en unas semanas.
"No sé cómo voy a volver a Moscú, veremos cómo se resuelve esta situación", agregó.
Pese a la falta de estadísticas oficiales, miles de rusos habrían salido de su país desde la invasión.
Con el cierre del espacio aéreo europeo para los aviones rusos, quienes desean salir de Rusia han recurrido a vuelos por Turquía y Belgrado, así como por carretera y ferrocarril.
Tras la invasión del 24 de febrero, unos 700 pasajeros por día han colmado los trenes a Finlandia y el servicio permaneció operativo, por pedido de Helsinki, para permitir a los finlandeses en Rusia salir si lo deseaban.
Sin embargo, el gobierno informó el jueves a VR que "el servicio operativo ya no es apropiado" a la luz de las duras sanciones contra Rusia, y que todos los trenes estarían cancelados a partir del lunes.
- Símbolo de asociación -
Administrado conjuntamente por las empresas ferroviarias de Finlandia y Rusia, el tren Allegro fue un símbolo de la asociación entre los dos países cuando abrió en 2010.
El presidente ruso, Vladimir Putin, y su entonces homóloga finlandesa Tarja Halonen viajaron en el servicio inaugural, que redujo el tiempo de viaje en dos horas, a 3,5 horas, en el trayecto de 400 km entre Helsinki y San Petersburgo.
"Espero que vuelva a operar con normalidad muy pronto", comentó Alija, una mujer de unos 50 años que trabaja en Helsinki pero visita regularmente a amigos y familiares en San Petersburgo.
La interrupción del servicio hará la vida más difícil pero "la gente encontrará la manera de hacer el viaje si tiene la oportunidad", agregó.
Aunque muchos rusos han buscado salir desde el inicio de la guerra, el tren Allegro a Helsinki ha sido el único abierto para pocos.
Moscú estipula que los pasajeros deben tener nacionalidad rusa o finlandesa y se requiere una visa, además de prueba de una vacuna anticovid reconocida por la UE, no la Sputnik que es la más común en Rusia.
La mayoría de los pasajeros que llegan a la capital finlandesa han sido rusos que viven, trabajan o estudian en Europa.
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