ORLANDO, Florida (AP) — Christian Pulisic se había sacado un tremendo peso de encima.
El primer futbolista estadounidense en actuar y ganar en una final de la Liga de Campeones, Pulisic tuvo un enero para el olvido. Debió jugar en una posición ajena a la habitual con Chelsea y fue relegado a la banca para un partido contra Honduras por las eliminatorias de la Copa Mundial.
Ahora tiene a Estados Unidos a un paso de volver a un Mundial tras firmar su primera tripleta con la selección.
Fue quien espoleó al equipo nacional, festejó como un gusano para complacer a un aficionado que padece cáncer, recibió una tarjeta amarilla por excederse en los reclamos y cerró la noche compartiendo la victoria con sus padres.
“El motivo que esta noche tiene tanto significado es porque queremos estar en el torneo más importante, queremos jugar en un Mundial", proclamó el domingo tras liderar la contundente victoria 5-1 sobre Panamá.
En el mismo estadio de Orlando hace cuatro años y medio, Pulisic anotó su primer gol con la selección para un triunfo 4-0 ante los panameños. Cuatro días después acabó de rodillas en Trinidad, su ilusión mundialista destrozada por una derrota 2-1 que provocó un terremoto en los cimientos del fútbol estadounidense.
Estados Unidos tiene casi sellado su pase al Mundial de Qatar en noviembre. Lo único que deben hacer es no perder por seis goles o más cuando visiten a Costa Rica el miércoles. El historial es adverso en suelo costarricense por las eliminatorias: nueve derrotas y un empate. Nunca han ganado ahí. Pero tampoco han perdido por seis tantos en ninguna parte desde un amistoso contra Francia en 1979, y no en un partido oficial desde 1957 en México.
Pulisic, de 23 años, es uno de los cuatro sobrevivientes del equipo que naufragó en la última noche de la generación liderada por Clint Dempsey y Tim Howard. Los otros son Paul Arriola, DeAndre Yedlin y Kellyn Acosta. Arriola fue el único que jugó contra Panamá la noche del domingo y anotó un gol, además de participar en una jugada de 17 toques que acabó en el tanto de Jesús Ferreira.
Pulisic convirtió dos penales en el primer tiempo y coronó su gran partido con un golazo a los 65 minutos. De espaldas al arco, Pulisic dio un giro para dominar el balón con la izquierda, desairó a Fidel Escobar y se hizo un autopase. Seguido, Pulisic tiró un túnel entre las piernas de Andrés Andrade y definió de derecha ante la salida a destiempo del portero Luis Mejía.
El extremo es uno de los baluartes de una nueva camada de talento estadounidense, jugadores que salieron directamente de la escuela secundaria y que ahora se destacan en Europa. Tal es el caso de los volantes Weston McKennie y Gio Reyna.
Pulisic fue el capitán por octava vez el domingo, emulando al centrocampista Tyler Adams, también de 23 años.
“Lo hablamos todos en el cuerpo técnico y optamos por Christian, creo que por la trayectoria", dijo el técnico de Estados Unidos Gregg Berhalter. “Le tocó estar en la cancha cuando no nos clasificamos. Esto fue como decirle: ‘Este es un nuevo grupo, este es un nuevo equipo y tú eres el líder’".
Pulisic ya figura como el séptimo en la tabla histórica de goleadores de Estados Unidos, con 21 dianas. Ningún otro estadounidense se ha destacado en Europa como él.
Fue el octavo jugador más joven en debutar en la Bundesliga, con 17 días y 133 días, con el Borussia Dortmund en enero de 2016. Pulisic salió campeón de la Copa de Alemania en 2017 y fue traspasado a Chelsea previo a la temporada 2019-20, consagrándse en la Champions en mayo pasado y en el Mundial de clubes hace un mes.
Más allá de todo lo logrado a nivel de clubes, Pulisic anhela brillar con los colores rojo, blanco y azul de Estados Unidos.
“Una noche inmensa, con mi primera tripleta con el equipo nacional. Estouy muy orgulloso", dijo Pulisic. “Me muero de ganas por estar en un Mundial y ese es el sentir de todos en este equipo”.