SAO PAULO (AP) — El delantero veterano Junior Moraes volvió a Brasil para incorporarse al Corinthians, pero admitió que su mente no está conectada sólo en el deporte.
Moraes, de 34 años, y quien obtuvo la ciudadanía ucraniana hace tres, teme por sus amigos, colegas y compañeros, ante la invasión rusa.
El futbolista jugó en Ucrania durante buena parte de la última década. Marcó decenas de goles por el Metalurg Donetsk, el Dínamo de Kiev y más recientemente por el Shakhtar Donetsk. Aprendió ucraniano, disputó 11 partidos por la selección nacional y tenía previsto quedarse en el país europeo después de su carrera profesional.
Ahora tiene serias dudas sobre un futuro posible en Ucrania.
“Es todavía muy duro para mí hablar de esto. No puedo olvidar mientras la guerra continúe”, dijo Moraes entre lágrimas el martes, durante una conferencia de prensa en las canchas de entrenamiento del Corinthians en Sao Paulo. "Sigo conectado con la gente de allá. Hablo todos los días con la gente que está todavía allá. Ellos necesitan apoyo para que sus familias salgan.
“No puedo sonreír como quisiera. Pienso que sólo lo haré una vez que concluya esta guerra”.
La invasión lanzada en febrero por Rusia al país adoptivo de Moraes obligó al futbolista y a millones de personas a huir. Moraes se marchó de Ucrania el 27 de febrero con los con los cinco miembros restantes de un grupo de 40 extranjeros, principalmente brasileños, a quien ayudó a organizarse en un hotel de Kiev, transformado en búnker.
Todos escaparon de la guerra, en su mayoría por las fronteras con Ucrania y Moldavia.
La esposa y dos hijos de Moraes estaban en Brasil, donde pasó gran parte del año pasado, recuperándose de una lesión de rodilla que lo marginó de la más reciente Eurocopa de naciones.
El delantero tuvo sus mejores temporadas en el Shakhtar, club al que se unió en 2018. Nacido en Brasil, Moraes ganó dos títulos consecutivos de liga, en ambas ocasiones como el máximo goleador de la campaña.
Jugó 106 partidos por el club y marcó 62 tantos.
Su acuerdo con Corinthians fue sólo posible después de que la FIFA abrió un breve periodo de transferencias para jugadores que actuaban en Ucrania, a fin de que pudieran jugar en otro lado.
La actividad en la liga ucraniana está suspendida.
Uno de los nuevos compañeros del delantero es el mediocampista Renato Augusto, quien también tenía lágrimas en los ojos durante una conferencia de prensa cuando se le preguntó sobre los esfuerzos de Moraes en Ucrania.
“Es un hombre de lo mejor. Muchos amigos que estaban allá con él me dicen lo mucho que hizo para ayudar a otros. Esto va mucho más allá del fútbol”, comentó Augusto, quien añadió que muchos extranjeros que tuvieron dificultades para marcharse de Ucrania no eran futbolistas de primera división con dinero y contactos.
Moraes ha ayudado a jugadores de la segunda división, la liga femenina y el futsal.
“Muchos de ellos iban allá en busca de un nuevo reto, para tener la oportunidad de jugar más”, dijo el delantero. “El número de brasileños residentes allá subió por ejemplo al triple el año pasado”.
El atacante, como muchos otros seleccionados ucranianos, activos y retirados, ha hecho donaciones al gobierno del país para ayudarlo a enfrentar a Rusia. La prensa brasileña ha informado que Moraes dio al menos 55.000 dólares.
Sobre qué espera de su futuro y del de Ucrania, Moraes dijo: “La única esperanza que tienen los ucranianos es que esta guerra termine. Muchos se han ido para seguir seguros. Y otros están solos en los búnkers, esperando tan sólo que todo acabe”.