Cómo practicar una jardinería más sustentable

Aun si uno tiene un jardín maravillosamente verde, es algo muy diferente a la naturaleza libre. Y muchas veces hacemos allí cosas que no son tan buenas para él y, en consecuencia, tampoco para el medio ambiente.

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ILUSTRACIÓN - El compost devuelve a la tierra componentes de los vegetales. Foto: Christin Klose/dpa
ILUSTRACIÓN - El compost devuelve a la tierra componentes de los vegetales. Foto: Christin Klose/dpa

Aun si uno tiene un jardín maravillosamente verde, es algo muy diferente a la naturaleza libre. Y muchas veces hacemos allí cosas que no son tan buenas para él y, en consecuencia, tampoco para el medio ambiente.

Y eso que el jardín propio, donde uno se siente más cerca de la naturaleza, es un espacio perfecto para iniciar un comportamiento más sustentable.

"Mientras en la naturaleza la materia de la vida vegetal y animal se mantiene en equilibrio al crecer y morir, en el transcurso de la industrialización en la jardinería se fue quitando cada vez más de lo que se aporta", señala Marja Rottleb, de la organización ambientalista alemana Naturschutzbund Deutschland (Nabu).

Un ejemplo de ello es el hecho de que en la actualidad no solo se cosechan hojas, flores y frutos, sino que también se eliminan del ciclo vital los restos de poda y las hojas secas del otoño.

Un buen comienzo para empezar a devolver algo es, según Rottleb, compostar en el jardín. "Se recogen los restos sanos de plantas, se los deja descomponer y luego se los incorpora otra vez al circuito como abono".

Al mismo tiempo, con ayuda de ese compost, se mejora la estructrura del suelo, de manera que las lombrices y muchos otros insectos que viven en él se puedan mover mejor.

Más allá de eso, el compost ayuda a almacenar agua en la tierra.

Devolver algo al suelo

Una buena alternativa para los restos de plantas cortados puede ser utilizarlos como mantillo en el cantero entre las plantas. La ventaja del mantillo es que forma una cubierta natural de la capa superior del suelo y la protege.

"Cubrir el suelo también preserva la vida en él y contribuye a que se produzca una aligeración y aireación natural", asegura Rottleb. Dado que el mantillo se va descomponiento, a través de él vuelven a la tierra nutrientes valiosos.

Priorizar plantas nativas

La sustentabilidad se puede mejorar paso a paso. Una de los pasos claves es la elección y compra de las plantas. Para Burkhard Bohne, director técnico del jardín de plantas medicinales de la Universidad Técnica de Brunswick, las plantas nativas tienen un papel importante. Y aconseja elegir especialmente para los huertos especies de la región.

Estas plantas nativas están ya adaptadas a las condiciones locales, su cultivo ha ya demostrado su eficacia y estas semillas y plantas no requieren de largas rutas de transportes. Eso reduce el consumo de energía y las emisiones de dióxido de carbono (CO2), lo que ayuda en la lucha contra el cambio climático.

Un consejo para el jardín de vivaces y perennes es elegir variantes silvestres, que muchas veces necesitan menos agua y nutrientes que otras. Además, es fácil hacerlas germinar a partir de semillas.

No hay que subestimar, por cierto, el efecto nocivo de la compra o la propia producción de plantines en macetas de plástico. Este material -aunque sea en fragmentos pequeños- puede llegar al suelo y allí convertirse en un perjuicio en forma de microplásticos.

Ya hay alternativas en los comercios: en los mercados, por ejemplo, se venden plantas en bolsas de papel y en los viveros muchas veces se las encuentra en macetas compostables. Estas últimas se pueden plantar junto con el cepellón directamente en el suelo.

El consejo de Bohne para el cultivo: se pueden fabricar pequeños recipientes con papel de diario o cartones de huevos. Una alternativa más duradera son bandejas de madera o vasijas de arcilla porosa.

Fabricar el propio sustrato

Bohne señala que también en la compra de tierra se genera basura plástica. Como alternativa se puede usar la propia tierra del jardín, mezclada con arena y compost.

Para cultivar plantas nuevas a partir de semillas es mejor no utilizar fertilizantes. Y un consejo más: la tierra para plantar semillas se puede reutilizar, esterilizándola en horno caliente.

Las plantas ya crecidas en cajones y cubos necesitan más nutrientes. "Estos se pueden añadir con las correspondientes cantidades de compost", dice Rottleb. Una alternativa es utilizar (bolsitas de) té usado o posos de café como abono.

dpa

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