NUEVA YORK (AP) — En el primer año de la pandemia de COVID-19, el número de estadounidenses que bebían mucho o que utilizaban drogas ilícitas aumentó, pero no así el de fumadores de tabaco.
El consumo de cigarrillos en Estados Unidos descendió a su nivel histórico más bajo en 2020, ya que 1 de cada 8 adultos dijo ser fumador, según una encuesta difundida el jueves por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés). El uso de cigarrillos electrónicos entre los adultos también bajó, de acuerdo con los CDC.
Funcionarios de los CDC atribuyeron la declinación a las campañas y políticas de salud pública, pero especialistas externos dijeron que los aumentos de precios a los productos de tabaco y los cambios en el estilo de vida por la pandemia posiblemente fueron factores.
“Quienes eran principalmente fumadores sociales ya no tuvieron que hacerlo”, dijo Megan Roberts, investigadora de la Universidad Estatal de Ohio enfocada en el consumo de productos de tabaco entre adultos jóvenes y adolescentes.
Además, los padres que de súbito se quedaron en casa con sus hijos tiempo completo quizá tuvieron que fumar menos. Y algunas personas tal vez abandonaron el hábito debido a los informes de que los fumadores son más propensos a desarrollar una enfermedad severa en caso de una infección de coronavirus, agregó.
Según el informe de los CDC, basado en un sondeo efectuado a más de 31.000 adultos estadounidenses, 19% de los estadounidenses consumieron al menos un producto de tabaco en 2020, una baja en comparación con el 21% de 2019.
El consumo de puros, tabaco sin humo y tabaco para pipas se mantuvo invariable. El uso actual de cigarrillos electrónicos disminuyó a 3,7%, respecto del 4,5% de un año antes.
Los cigarrillos fueron el producto de tabaco de mayor consumo, ya que 12,5% de los adultos los consumieron.
Desde hace mucho tiempo las autoridades de salud han considerado al consumo de cigarrillos la principal causa de las muertes prevenibles en Estados Unidos, porque fumar constituye un factor de riesgo para desarrollar cáncer pulmonar y enfermedades cardíacas o sufrir un accidente cerebrovascular.
En 1965, 42% de los adultos estadounidenses eran fumadores.
La tasa ha disminuido gradualmente al paso de las décadas por diversos motivos, entre ellos la aplicación de impuestos y las prohibiciones a fumar en los lugares de trabajo y los restaurantes. Sin embargo, la reciente declinación se debe en una gran medida a los nuevos aumentos de precios, dijeron algunos expertos.
Por ejemplo, British American Tobacco —la compañía que fabrica Camel, Lucky Strike y Newport, entre otras marcas— aumentó cuatro veces los precios en 2020 para un total de alrededor de 50 centavos por cajetilla.
Curiosamente, la cantidad de cigarrillos vendidos en Estados Unidos aumentó en 2020, el primer incremento en dos décadas, informó el año pasado la Comisión Federal de Comercio (FTC por sus siglas en inglés).
Es posible que un número menor de personas hayan fumado, pero quienes lo hicieron aumentaron su consumo de cigarrillos.
“Es una hipótesis viable que la gente haya tenido más oportunidad de fumar porque no iba a trabajar”, dijo David Sweanor, un experto en políticas globales sobre el tabaco en la Universidad de Ottawa.
También es posible que la encuesta de los CDC haya subestimado cuantas personas están fumando, sea porque los consultados no fueron honestos o porque el sondeo dejó fuera a muchos fumadores, agregó.
Otras encuestas dejan entrever que muchas personas aumentaron su consumo de alcohol y de drogas ilícitas en el primer año de la pandemia.
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El Departamento de Salud y Ciencia de The Associated Press recibe apoyo del Departamento de Educación Científica del Instituto Médico Howard Hughes. La AP es la única responsable del contenido.