SEÚL, Corea del Sur (AP) — Corea del Sur reportó el martes su mayor cantidad de muertes diarias en lo que va de la pandemia con 293 decesos por COVID-19 en las últimas 24 horas, en un momento en que el país lidia con un repunte histórico de infecciones de coronavirus impulsado por la altamente contagiosa variante ómicron.
Los 1.196 pacientes de COVID-19 en estado grave o crítico también son un nuevo máximo histórico. Las autoridades de salud señalaron que la respuesta médica del país sigue siendo estable después de las labores para expandir los recursos, y aún están disponibles más del 30% de las unidades de cuidados intensivos designadas a la atención de esta enfermedad. Sin embargo, se tiene previsto que en las próximas semanas aumente la presión sobre el sistema de hospitales, si se toma en cuenta el periodo entre infecciones, hospitalizaciones y decesos.
“Anticipamos que el número de (casos graves o críticos) aumente a unos 2.000. Estamos preparando nuestra respuesta médica para eso”, dijo Park Hyang, alto funcionario del ministerio de Salud, durante una reunión con la prensa.
Corea del Sur ha reportado un promedio diario de unos 337.000 nuevos casos en los últimos siete días, incluyendo 362.283 el martes, lo que significa un aumento de más de 80 veces respecto a los niveles de mediados de enero, cuando ómicron se convirtió en la variante dominante. El total de contagios en el país ahora supera los 7,2 millones, y más de 6,4 millones de ellos han sido registrados desde febrero.
Park dijo que debido a las elevadas tasas de vacunación, el país ha sorteado hasta el momento el repunte por ómicron con un menor número de decesos que en Estados Unidos y Europa, adonde la variante llegó antes. Más del 62% de los surcoreanos han recibido su dosis de refuerzo.
Hasta el momento, Corea del Sur tiene 17,6 decesos por COVID-19 por cada 100.000 personas, en comparación con 285,5 fallecimientos en Estados Unidos y 237,5 en Gran Bretaña, según la Agencia para el Control y la Prevención de Enfermedades de Corea (KDCA por sus iniciales en inglés).
La variante ómicron ha obligado a Corea del Sur a dejar de lado una estricta respuesta contra el COVID-19 que se fundamentaba en pruebas diagnósticas a gran escala, un agresivo rastreo de contactos y cuarentenas, con el fin de enfocar los recursos médicos limitados en los grupos prioritarios, incluyendo personas mayores de 60 años y aquellos con padecimientos médicos subyacentes. El país también comenzará a vacunar a los niños de 5 a 11 años posteriormente este mes.
A más de 1,6 millones de portadores del virus con síntomas leves y moderados se les ha pedido aislarse en casa para ahorrar espacio en hospitales, indicó la KDCA.