Madrid, 8 mar “A ver si voy a empezar a llorar antes de tiempo”. Primeras palabras de Rocío Carrasco nada más subirse al escenario del Wizink Center esta noche en Madrid, en el homenaje a su madre, Rocío Jurado, que ha supuesto un espaldarazo a la lucha por la igualdad con las voces de una veintena de artistas. Sería imposible cuantificar en euros cuánto costaría contratar a todas las cantantes que hoy han prestado su voz al Día Internacional de la Mujer en forma de homenaje a “la más feminista, la más valiente, la más atrevida…, la más grande”, como rezaban los mensajes del vídeo que abría el espectáculo, con una mezcla de imágenes de las distintas etapas de la vida personal y profesional de la chipionera. Ante un auditorio entregado, Rocío Carrasco ha asegurado que la lucha por la igualdad “la viví y la mamé desde muy pequeña, porque ella me la enseñó”, ya que “me crió una mujer maravillosa, que me enseñó que no nos tienen que subyugar ni someternos ante nada ni ante nadie”, y todo ello ante la presencia de Mercedes Milá, que ha sido tendencia en Twitter durante toda la noche, gracias a frases como la definición de cómo caló el pensamiento libre de Rocío Jurado en la España en blanco y negro: ”como la humedad, se cuela en las casas, y esos mensajes llegaban a las mujeres españolas, y pensaban entonces que podían vivir de otra manera”. Milá, junto a la periodista almeriense Isabel Jiménez, ha sido la maestra de ceremonias de un concierto en homenaje a una mujer que, como explicaba esta última, lanzaba su mensaje de igualdad “de una forma totalmente natural, porque en su pensamiento, no cabía otro”. Metidos en harina musical, la noche la ha abierto Nía, con su versión de ‘Como yo te amo’, seguida de ‘Como una ola’ vista por Sol Giménez, que ha pedido “el aplauso más fuerte de la noche para homenajear a las mujeres de Ucrania”. Pastora Soler ha derrochado toda la fuerza de su garganta coriana para cantar ‘Se nos rompió el amor’, con tanto ímpetu que Mercedes Milá la ha despedido diciéndole que había estado “soberbia, parecía que te habías tragado a Rocío Jurado”, seguida de Lorena Gómez, Ruth Lorenzo y Lola Vendetta, peleona gráficamente como ninguna, con una catana en su mano derecha mientras cantaba ‘Ese hombre’, el arma que este personaje de cómic luce gracias a su creadora, la catalana Raquel Riba, su nombre real. La lista de voces seguía desfilando por el escenario, con videos de manifestaciones de mujeres de fondo y la veterana Milá dando datos de las mujeres asesinadas por sus parejas desde que hay datos oficiales, seis años después de morir asesinada la granadina Ana Orantes en 1997, la mujer que abrió el debate en España sobre la violencia de género a costa de su propia vida, cuya imagen se ha llevado una de las mayores ovaciones del público en la pantalla gigante tras el escenario. La emoción del público ha sido de ida y vuelta, y ha dominado a algunas de las artistas que han dado su arte a la memoria de Rocío Jurado, como le ha sucedido a Ana Guerra no ha podido evitar llorar tras terminar de cantar ‘Señora’, igual que Robin Torres se ha vaciado para que su ‘Todo se derrumbó dentro de mí’ estuviese a la altura de la voz de la mujer para quien lo creó Manuel Alejandro en 1980. Ha sido una noche de fusiones, algunas impensables, como el hecho de que un gallego nacido en Palma llamado Juan Pardo crease ‘Punto de partida’ para una chipionera y una onubense como Argentina lo haya elevado a la máxima potencia del arte esta noche en Madrid. La ‘Bien pagá’ rapeada de Beatriz Luengo, Rigoberta Menchú con ‘Lo siento mi amor’ o Mayte Martín entonando el desafío de ‘A que no te vas’, y Anabel Dueñas y Edurne y María Toledo, y muchas más que han querido aportar su granito de arena al recuerdo eterno a Rocío Jurado y a la lucha contra la violencia de género. Y no es una forma de hablar, ya que todo lo recaudado esta noche ha ido a parar directamente a la Fundación Ana Bella, una entidad creada por la sevillana Ana Bella Estévez, que de su experiencia como víctima de la violencia salió reforzada, tanto que creó una red que mueve a 27.000 mujeres en 82 países, y solo en España ha conseguido que 42.000 superen las secuelas del maltrato con un trabajo digno y sigan con sus vidas. Fermín Cabanillas