Redacción Ciencia, 2 mar Hace unos 40.000 años, los primeros Homo sapiens llegaron al norte de Asia. Poco se sabe de su tecnología, su cultura o sus relaciones con otros grupos arcaicos pero el reciente estudio de un yacimiento en China puede arrojar luz a este oscuro periodo de la expansión humana. Se trata de Xiamabei, un yacimiento descubierto y excavado en 2014, que está muy bien conservado y que acaba de ser estudiado por un equipo internacional -entre ellos los españoles Institut Català de Paleoecología Humana i Evolució Social (IPHES) y la Universidad de Valencia-. Los detalles se publican hoy en la revista Nature. El yacimiento, de unos 40.000 años de antigüedad, está en la cuenca de Nihewan, al norte de China, una zona que alberga gran cantidad de sitios arqueológicos de entre 2 millones y 10.000 años y que, para los paleontólogos, representa una oportunidad única para entender la evolución cultural del hombre en el noreste de Asia. Según el estudio, Xiamabei albergaba una cultura completamente nueva que fue pionera en el procesamiento del ocre en Asia oriental y que tallaba herramientas de piedra con forma de hoja, unas expresiones y rasgos culturales "únicos o extremadamente raros en el noreste de Asia" hasta la llegada del Homo sapiens. "La capacidad de los homínidos para vivir en latitudes septentrionales, con entornos fríos y altamente estacionales, probablemente se vio facilitada por la evolución de la cultura en forma de adaptaciones económicas, sociales y simbólicas", explica Shixia Yang, investigador de la Academia China de Ciencias y del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, en Jena (Alemania). "Los hallazgos de Xiamabei nos ayudan a comprender estas adaptaciones y su posible papel en la migración humana", subraya. El rasgo cultural más significativo hallado en Xiamabei es el uso extensivo del ocre, como muestran los artefactos utilizados para procesar grandes cantidades de pigmento: dos piezas de ocre con diferentes composiciones minerales y una losa alargada de piedra caliza con zonas alisadas con manchas de ocre. Los análisis indican que se trajeron a Xiamabei diferentes tipos de ocre y se procesaron manualmente para producir polvos de diferente color y consistencia. Es el primer ejemplo conocido de esta práctica en Asia oriental. En cuanto a las herramientas, los análisis tecnológicos sobre el uso y los residuos de las piedras desvelaron que la fabricación de las herramientas estaba destinada a producir artículos de pequeño tamaño que se empuñaban. La investigación interdisciplinar del yacimiento de Xiamabei también proporcionó una imagen del estilo de vida de los cazadores-recolectores de hace 40.000 años en el norte de China. Según el estudio, estos hombres vivían en un entorno fresco y estepario, realizaban actividades en torno a una cálida hoguera, moliendo grandes cantidades de polvo de ocre, empuñando herramientas de piedra con forma de cuchilla para realizar diversas tareas, como el procesamiento de pieles y plantas y, muy probablemente, compartiendo la comida, incluida la carne que cazaban. Los paleontólogos creen que los hallazgos de Xiamabei ayudarán a comprender mejor la variedad de adaptaciones de comportamiento y su complejidad en el este de Asia durante este periodo crítico de expansión del hombre moderno. Aunque se desconoce quién ocupó Xiamabei hace unos 40.000 años, no se puede excluir el papel de los denisovanos y los neandertales, ya que todos los registros que se están obteniendo en Asia oriental indican que en ese periodo se estaban produciendo diversas adaptaciones entre grupos humanos. Para los autores, la presencia de fósiles de humanos modernos en el yacimiento contemporáneo de Tianyuandong y en los yacimientos ligeramente más jóvenes de Salkhit y la Cueva Superior de Zhoukoudian, sugiere que los visitantes de Xiamabei eran Homo sapiens.