El aislamiento de Rusia se agudiza mientras se intensifican los combates en Ucrania

KIEV/MOSCÚ, 1 mar (Reuters) - Rusia se enfrentó el martes a un creciente aislamiento por su invasión de Ucrania, con una feroz resistencia sobre el terreno que impidió al presidente Vladimir Putin obtener unos primeros logros decisivos, a pesar de los intensos bombardeos y de un enorme convoy militar a las afueras de la capital, Kiev.

Responsables ucranianos informaron de que un bombardeo ruso sobre Járkov, la segunda ciudad más grande del país, había matado a docenas de civiles. No fue posible verificar de forma independiente las cifras de víctimas.

"Los bárbaros ataques con cohetes y MLRS (sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes) sobre ciudades pacíficas son la prueba de que ya no son capaces de luchar contra los ucranianos armados", dijo en Facebook el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov.

Las conversaciones de alto el fuego entre Rusia y su vecino del sur celebradas el lunes no lograron un avance y los negociadores no han dicho cuándo se celebrará una nueva ronda.

Putin se enfrenta a una creciente presión internacional por haber lanzado la semana pasada el mayor asalto a un Estado europeo desde la Segunda Guerra Mundial, y el impacto sistémico de las sanciones occidentales provocó el lunes un desplome de casi el 30% del rublo, antes de que la intervención del banco central rescatara la moneda de sus mínimos.

En su avance hacia la capital, Rusia ha concentrado un convoy de vehículos blindados, tanques y otros equipos militares que se extienden a lo largo de unos 64 kilómetros, según informó la empresa estadounidense de satélites Maxar.

"Lo que creo que es bastante seguro es que Rusia se ha salido de su calendario. Creo que pensaban que en 72 horas tendrían Kiev", dijo el senador republicano estadounidense Marco Rubio tras una reunión informativa clasificada con altos cargos de la Administración Biden

No obstante, los combates en varios frentes tenían un alto coste.

Unos 70 militares ucranianos murieron el domingo por el bombardeo ruso de una base en la ciudad de Okhtyrka, entre Járkov y Kyiv, según dijo el gobernador regional en Facebook.

Estados Unidos y sus aliados han impuesto sanciones al banco central de Rusia, a sus principales empresas, oligarcas y altos cargos, incluido el propio Putin, y han excluido a algunos bancos rusos del sistema de pagos internacionales SWIFT.

TURQUÍA CIERRA EL ESTRECHO A LOS BUQUES DE GUERRA

Turquía, aliada de la OTAN, asestó el lunes un nuevo golpe a Moscú al advertir a los países beligerantes que no envíen buques de guerra a través de sus estrechos del Bósforo y de los Dardanelos, que separan el mar Negro del Mediterráneo, lo que supone un embotellamiento de la flota rusa del mar Negro.

Washington ha descartado el envío de tropas para combatir a Rusia o la imposición de una zona de exclusión aérea, como ha solicitado Ucrania, por temor a una escalada entre las dos principales potencias nucleares del mundo.

Sin embargo, Estados Unidos y sus aliados han prometido ayuda militar a Kiev, mientras el presidente Volodimir Zelenski advertía que la capital estaba bajo constante amenaza.

"Para el enemigo, Kiev es el objetivo clave", dijo Zelenski en un mensaje de vídeo a última hora del lunes. "No dejamos que rompan la defensa de la capital, y nos envían saboteadores... Los neutralizaremos a todos".

Zelenski dijo que Rusia, que califica sus acciones en Ucrania de "operación especial", tenía como objetivo una central térmica que suministra electricidad a Kiev, una ciudad de 3 millones de habitantes.

Grupos de derechos humanos y el embajador de Ucrania en Estados Unidos acusaron a Rusia de utilizar bombas de racimo y bombas de vacío. Estados Unidos dijo que no tenía confirmación de su uso.

Los expertos en salud pública afirman que Ucrania se está quedando sin suministros médicos críticos y que crece el temor a una crisis de salud pública generalizada a medida que la gente huye de sus hogares y se interrumpen los servicios y suministros sanitarios

Rusia afirma que sus acciones no están diseñadas para ocupar territorio, sino para destruir las capacidades militares de Ucrania y capturar a peligrosos nacionalistas.

RETIRADA DEL SECTOR PRIVADO

Más de 500.000 personas han huido de Ucrania, según la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados, lo que ha desencadenado una crisis de refugiados, ya que miles de personas esperan atravesar las fronteras europeas.

Se espera que el martes aumente el número de empresas que se retiran de Rusia.

Las compañías petroleras Shell, BP y la noruega Equinor han dicho que abandonarán sus posiciones en Rusia, que depende del petróleo y el gas para sus ingresos de exportación.

Canadá dijo que prohibiría las importaciones de crudo ruso, y el senador republicano estadounidense Lindsey Graham instó a la Administración de Biden a atacar el sector energético ruso con sanciones.

"No estamos utilizando el sector energético como arma", dijo Graham a los periodistas. "No estamos golpeando a Putin donde más le duele".

Los principales bancos, aerolíneas y fabricantes de automóviles han recortado sus envíos, han puesto fin a sus asociaciones y han calificado de inaceptables las acciones de Rusia, y otros están considerando acciones similares.

Mastercard dijo que había bloqueado a múltiples instituciones financieras de su red de pagos como resultado de las sanciones a Rusia y Visa dijo que también tomaría medidas.

Las medidas para aislar a Rusia se han extendido también a la cultura y el deporte.

Tres grandes estudios, Sony, Disney y Warner Bros, dijeron que suspenderían los estrenos de sus próximas películas en Rusia, mientras que la FIFA y el Comité Olímpico Internacional prohibieron a los equipos y atletas rusos competir.

Putin, que se enorgullece del atletismo y es un apasionado de las artes marciales, fue despojado de su cinturón negro honorífico del Mundial de Taekwondo por la invasión, dijo el grupo.

(Información de Aleksandar Vasovic en Kiev; Natalia Zinets, Matthias Williams y Pavel Polityuk en Lviv; Kevin Liffey y Mark Trevelyan en Londres; y otras oficinas de Reuters, incluida la de Moscú; redacción de Rami Ayyub y Lincoln Feast; edición de Simon Cameron-Moore, traducido por Tomás Cobos)