CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Washington levantará “de inmediato” una veda sobre la inspección de aguacates mexicanos, abriendo la puerta a la reanudación de exportaciones del fruto a su vecino del norte, anunció la embajada estadounidense en México el viernes.
La suspensión de las inspecciones había amenazado las exportaciones de aguacates de México, de 3.000 millones de dólares anuales, y planteaba la posibilidad de que aumentaran los precios del fruto para los consumidores estadounidenses.
El embajador Ken Salazar dijo en un comunicado que la decisión se tomó después que México y Estados Unidos acordaron “tomar medidas que garanticen la seguridad” de los inspectores a cargo de garantizar que los aguacates mexicanos no porten enfermedades ni plagas que pudieran perjudicar los huertos estadounidenses.
Salazar no describió en qué consisten esas medidas ni si se abordarían los reportes de que productores y empaquetadores mexicanos están comportándose irresponsablemente con respecto a las medidas sanitarias diseñadas para proteger a los productores de aguacate de Estados Unidos.
El gobierno estadounidense suspendió las inspecciones la semana pasada después que uno de sus inspectores fuera amenazado en el estado de Michoacán, donde los cárteles de la droga extorsionan a los cultivadores.
El Departamento de Agricultura estadounidense dijo el jueves que el inspector recibió una amenaza “contra él y su familia”. Precisó que el inspector había “cuestionado la integridad de cierto envío y se negó a certificarlo por razones concretas”.
Michoacán es el único estado mexicano certificado como libre de plagas y en condiciones de exportar aguacates al mercado estadounidense. Se han multiplicado los informes de que algunos empacadores mexicanos compran aguacates de otros estados no certificados y tratan de hacerlos pasar como de origen michoacano.
“Me complace informar que hoy el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha determinado que reanudará de inmediato su programa de inspección de aguacate en Michoacán”, escribió Salazar.
El servicio dijo el viernes que las “exportaciones de aguacate a Estados Unidos se han reanudado”.
La prohibición durante una semana ya había empezado a golpear a los recolectores de aguacate en Michoacán, que esta semana se pararon al costado de una carretera en las afueras de la ciudad de Uruapan para pedir donaciones que les permitan sobrevivir después de perder su trabajo.
Con carteles que decían “Cooperación voluntaria” y “Nos mantenemos del corte de aguacate”, esperaban a que los automovilistas les regalaran algunas monedas en los baldes que tenían.
Había indicios de que los suministros podrían haber disminuido tras el anuncio de la cancelación de las inspecciones el sábado pasado, y de que el posible daño al sector aguacatero mexicano asolado por la violencia pudiera ser duradero: Las compañías importadoras podrían sentirse motivadas a buscar a otros proveedores más allá de México, que cubre aproximadamente 92% de las compras estadounidenses del fruto.
Perú, Colombia y Chile ya envían aguacates a Estados Unidos, pero en cantidades que apenas son una pequeña fracción de la producción de México. Eso podría cambiar.
“Estuve hablando con algunos compradores de aguacate a nivel nacional y hacia el futuro. Saben que necesitan diversificar proveedores”, comentó Miguel Gómez, profesor de Economía Aplicada y Administración en el Cornell SC Johnson College of Business, una escuela de negocios de la Universidad de Cornell, con sede en Ithaca, en el estado de Nueva York. “El tema es que se dieron cuenta de que sería muy arriesgado depender de una sola fuente”.
Las exportaciones de México han sido en gran medida la causa del enorme aumento en el consumo de aguacates en Estados Unidos en las últimas décadas porque hicieron que estuviera disponible todo el año, y es muy conocido que en el Super Bowl es muy popular comerlo en grandes cantidades.
El consumo per cápita de aguacates en Estados Unidos se triplicó desde 2001 a casi 4 kilogramos (8 libras) por persona en 2018.
La cosecha en México se efectúa de enero a marzo, y en Estados Unidos de abril a septiembre.
Aunque preocupa la deforestación y la violencia resultantes del auge del aguacate en Michoacán, no está claro si los estadounidenses estarían dispuestos a pagar más por aguacates cultivados por productores que no pagan las extorsiones que les exigen los cárteles de la droga en Michoacán.
La relación con los consumidores estadounidenses no es una simple suposición: El dinero de las extorsiones va a parar a los mismos cárteles que inundan Estados Unidos de pastillas mortales de fentanilo, falsificadas para que parezcan de Xanax, Adderall u Oxicodona. El año pasado, unos 60.000 estadounidenses murieron de sobredosis por consumo de opioides sintéticos.
“Está haciendo que los estadounidenses realmente se pregunten a sí mismos: ¿Quieren pagar más para tener un producto de calidad, o quieren hacerse de la vista gorda para poder comer su pan tostado?”, preguntó Desirée LeClercq, profesora de derecho laboral en la Facultad de Relaciones Industriales y Laborales en Cornell. “Y creo que los consumidores están cada vez más informados sobre cómo se hacen estos productos. Pero me parece que aún está por verse si eso se reflejará o no en el comportamiento del consumidor”.