El presidente de Benín, Patrice Talon, inauguró este sábado con notas de emoción y orgullo en Cotonú una exposición que presenta los 26 tesoros reales restituidos por Francia 129 años después de su expoliación por las tropas coloniales.
Las restituciones, realizadas en noviembre pasado, permitieron "romper un tabú", dijo Talon.
"Ya no se trata de saber si son posibles, pues lo hemos hecho", agregó, adelantando que su gobierno demandará la devolución de otras obras robadas por la antigua potencia colonial.
Las obras devueltas se expondrán por primera vez al público a partir del domingo hasta el 22 de mayo, en un espacio de 2.000 m2 diseñado para acoger exposiciones en el palacio presidencial.
La restitución es la primera efectuada desde colecciones públicas de Francia a un país africano. Las negociaciones duraron dos años.
Las tropas francesas se apoderaron de esas piezas en 1892 en el palacio de Abomey, capital del reino de Dahomey, en el centro-sur del territorio actual de Benín, dividido por entonces entre varios reinos.
Estas obras "salieron de un reino y vuelven a una república. Queremos que sean el fermento de la unidad nacional", declaró el viernes el ministro beninés de Cultura, Jean-Michel Abimbola.
La primera sala, con muros inmensos pintados de negro, está consagrada a los tronos de los soberanos de Dahomey y en particular al del rey Ghezo (1797-1818), una majestuosa escultura de madera de casi dos metros, con motivos afro-brasileños.
"Desde el inicio de la instalación, no paro de contemplarlo", dice a la AFP Theo Atrokpo, uno de los organizadores de la exposición, impaciente de "explicar la historia" a sus compatriotas.
Los visitantes recorrían extasiados el lugar, admirando la estatua mitad hombre, mitad pájaro del rey Ghezo o las puertas del palacio real.
"Es muy emocionante encontrarme frente al trono del rey Ghezo. No lo imaginaba tan grande, tan poderoso", afirma Laeila Adjovi, una artista franco-beninesa con obras expuestas en el mismo espacio.
De hecho, 34 artistas benineses contemporáneos fueron seleccionados para participar en el histórico evento.
- Vitalidad contemporánea -
Esa presencia se explica por la voluntad del gobierno de vincular "la historia al presente", demostrando que "el genio artístico beninés perduró" pese al despojo de parte del patrimonio.
Las tapicerías monumentales de Yves Apollinaire que resaltan el vudú, así como la instalación de cabellos, de Dimitri Fagbohoun, o las pinturas monumentales y coloridas de Moufouli Bello muestran efectivamente la vitalidad de la escena del arte contemporáneo de este pequeño país del oeste de África.
Francia y otros países europeos siguen en poder de importantes obras arrebatadas durante siglos de colonización.
- Frente latinoamericano -
Los países latinoamericanos ejercen igualmente presión para recuperar objetos precolombinos, pero que a diferencia del tesoro de Abomey se encuentran en colecciones privadas.
México, Guatemala, Ecuador, Panamá, Perú y República Dominicana expresaron su "enérgico rechazo" a las subastas de objetos precolombinos este mes en Francia, en una nueva iniciativa conjunta contra estos remates que consideran "ilícitos".
A raíz de otra venta celebrada el 28 de enero, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cargó contra Francia por no regular la subasta del patrimonio cultural de otros países.
"Son inmorales las subastas que se llevan a cabo en Francia, es muy lamentable que el gobierno de Francia no haya legislado sobre esto", dijo el mandatario.
A principios de noviembre del año pasado, México, Guatemala, Perú, Colombia y Honduras habían intentado igualmente frenar un subasta.
Guatemala consiguió recientemente recuperar una estela maya, que iba a ser subastada hace dos años en París, tras las gestiones de Francia y la Unesco que convencieron a su propietaria para que la devolviera de forma voluntaria.
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