Soria (España), 17 feb El poeta español Antonio Machado falleció el 22 de febrero de 1939, a los 64 años, a causa de una bronconeumonia panlobar bilateral de tipo bacteriano y con un marcado enfisema por su tabaquismo, según la autopsia virtual realizada por el patólogo, Juan Manuel Ruiz Liso, director de la Fundación Científica Caja Rural. Ruiz Liso ha actualizado, en el número 34 de la revista Soria Salud, el artículo publicado en la Revista Española de Patología sobre la situación epidémica de la tuberculosis en la región española de Soria y en España en tiempos de Machado, así como las enfermedades que padeció y que le condujeron a su muerte en Collioure (Francia) en 1939. "Es, ante todo, una hipótesis fundada en los datos clínico-literarios hallados hasta la fecha y, como todo aquello que se basa en informaciones contrastadas aunque sin documentación médica, no es científicamente objetiva pero al menos no es subjetiva", aclara en su artículo. Machado, a lo largo de su existencia, fue generando y autoinduciéndose lo que en la actualidad se conoce como una EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), que secundariamente condicionó una hipertensión pulmonar y, con el tiempo, una insuficiencia cardíaca que en aquellos tiempos, a principios del siglo XX, se evaluaba como "asma". Si en 1938 se hubiese dispuesto de los mínimos recursos diagnósticos, Ruiz Liso considera que se podrían haber evaluado en los pulmones del poeta un enfisema o dilatación sacular de los alvéolos por rotura de los espacios pulmonares bronquiales terminales. En este sentido, apunta que en su evacuación de Barcelona (noreste de España) a Collioure, poco antes de finalizar la Guerra Civil, Machado inició un declive final agudizado por una serie de circunstancias medioambientales y habitacionales que estimularon el agravamiento de su estado. Ruiz Liso recuerda que José Machado, hermano del poeta, aseguró que las largas colas de espera en la frontera franco-española y el alojamiento temporal en un vagón de mercancías abandonado en Cerbére, con amplios ventanales por donde la lluvia regaba el interior, en una climatología invernal, incidieron en gran medida en la ya deteriorada salud de Antonio. Los cuatro últimos días del poeta fueron interminables con disnea, desorientación temporo-espacial, delirios y una marcada opresión torácica como consecuencia de su insuficiencia cardiaca hasta entrar en coma y muerte el 22 de febrero de 1939.