Las autoridades de Trinidad y Tobago repatriaron este viernes a 35 de los 39 venezolanos que viajaban el domingo a bordo de una embarcación en la que falleció un bebé, luego de que la Guardia Costera abriese fuego contra el bote.
"De conformidad con los protocolos establecidos entre la Guardia Costera de Trinidad y Tobago y sus contrapartes venezolanas se realizó un ejercicio de repatriación", indicó el Ministerio de Seguridad Nacional en un comunicado.
A su vez, el primer ministro trinitense, Keith Rowley, declaró ante el Parlamento que "hay una histeria" en torno al hecho que consideró como un asunto "puramente accidental y minúsculo". En resonancia con la defensa de la Guardia Costera que estimó en su momento haber actuado en "defensa propia" al interceptar el bote.
Este asunto "no es diferente a lo que sucede en el Mediterráneo, a lo que sucede en el Golfo de México, y en la costa de La Florida, entre las Bahamas, Haití, Cuba y los Estados Unidos".
"¿Por qué nuestro pueblo pretende poner una soga al cuello del pueblo de Trinidad y Tobago en un asunto que es puramente accidental y minúsculo comparado con lo que sucede a nivel mundial?", preguntó.
Las autoridades de Trinidad y Tobago aseguraron que "todas las personas" de la embarcación repatriadas recibieron asistencia del gobierno del país caribeño, así como de los representantes de la embajada de Venezuela, a fin de asegurar que "no hubiera víctimas de la trata de personas entre ellos".
El bebé fallecido, Yaelvis Santoyo Sarabia, murió en brazos de su madre, Darielvis Sarabia, durante el ataque de la Guardia Costera de Trinidad y Tobago. Sarabia también sufrió heridas de bala y fue trasladada al Sangre Grande Hospital en la isla.
Según las autoridades trinitenses, la embarcación procedente de Venezuela se negó a detenerse ante una orden de alto, por lo que los agentes de la Guardia Costera dispararon en "defensa propia", pues alegaron temer por las vidas de la tripulación ante una posible "embestida".
Las circunstancias en que murió el niño causaron en Venezuela una ola de rechazo por parte de distintos sectores, mientras crecía el debate sobre el aumento de la inmigración ilegal como consecuencia de la crisis económica.
El líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por medio centenar de países, denunció que la familia del bebé "huía de la dictadura" de Nicolás Maduro.
Venezuela solicitó a las autoridades trinitenses una investigación "exhaustiva" para esclarecer los hechos. Diversas agencias de la ONU también pidieron una investigación.
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