NUEVA YORK (AP) — En diciembre pasado, cuando se disparó el número de casos de COVID-19 en la ciudad de Nueva York debido a la presencia de la variante ómicron, los humanos no fueron los únicos mamíferos afectados.
La variante altamente infecciosa también afectó a la población de venados de cola blanca que habita en Staten Island, el distrito más suburbano de la ciudad, según un estudio dirigido por científicos de la Universidad Estatal de Pensilvania.
En las pruebas realizadas entre el 13 de diciembre y el 31 de enero, se detectó la presencia de la variante ómicron en las muestras nasales de siete de los 68 venados de Staten Island, según el estudio financiado por el Instituto Nacional de Alimentos y Agricultura, que depende del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Se sabía que los venados pueden contraer el COVID-19, después de que se encontraran variantes anteriores en venados de cola blanca en Nueva York y otros estados del país. Pero el estudio de Staten Island es el primero en encontrar evidencias de la variante ómicron en los venados o en cualquier población de animales salvajes, dijo el martes Suresh Kuchipudi, profesor de virología de Penn State que dirigió el equipo de investigación.
“Esto abrió la posibilidad de que, al igual que con variantes anteriores, ómicron puede y se ha extendido a los animales”, dijo Kuchipudi. “Por lo tanto, tenemos que seguir vigilando”.
Aunque se ha descubierto que, por lo general, ómicron provoca síntomas más leves de COVID-19 en seres humanos que las mutaciones anteriores del virus, a los científicos les preocupa que puedan surgir nuevas variantes que enfermen de mayor gravedad a las personas.
Kuchipudi explicó que la transmisión del ómicron de los seres humanos a los venados despierta la preocupación de que nuevas mutaciones, posiblemente resistentes a las vacunas, puedan evolucionar sin ser detectadas en los huéspedes no humanos.
“La principal preocupación es que cuando dejamos que el virus circule en cualquier huésped animal, además de los humanos, la complejidad de la evolución del virus se vuelve muy, muy difícil de evaluar y comprender”, dijo.
“Así que la cuestión más importante es que la transmisión no vigilada o no controlada del SARS-CoV-2 en los venados y, potencialmente, en otros animales, podría dar lugar a la aparición de variantes completamente nuevas que podrían debilitar la protección que brindan las vacunas actuales.”
Kuchipudi también resaltó que el estudio reveló que uno de los venados infectados tenía anticuerpos de COVID-19 de una infección previa, lo que muestra que los ciervos, al igual que los humanos, pueden experimentar nuevos contagios.
El estudio sobre los venados de Staten Island no se ha enviado todavía a una revista especializada, pero se ha publicado como preimpresión debido a la relevancia de sus hallazgos, dijo Kuchipudi.