Alguna vez Trey Hendrickson fue un tight end que atrapaba pases de anotación en la secundaria. El destinatario corpulento de los pases era difícil de derribar.
Sin embargo, demoler a los quarterbacks siempre le entusiasmó más que azotar balones como festejo de algún touchdown.
Presionar a los pasadores es una pasión para el defensive end de los Bengals de Cincinnati. Y las ofensivas contrarias son las víctimas desafortunadas de ese fervor devastador.
“Sí me gustó jugar de tight end, pero no hay nada como capturar al quarterback”, dijo Henrickson. “Todos van a decir que hacer touchdowns es lo mejor. Pero yo lo he hecho y he capturado quarterbacks”.
“No hay nada que se le acerque a una captura”.
Eso es algo que Hendrickson sabe con certeza. Sus 27 y media capturas en las últimas dos temporadas lo colocan en tercer lugar de la NFL en ese lapso, solamente detrás de T.J. Watt (37 1/2), de Pittsburgh, y Myles Garrett (28), de Cleveland. Eso incluye 14 para Hendrickson esta temporada, su primera en Cincinnati, después de cuatro con Nueva Orleans.
“En la defensiva secundaria siempre bromeamos, al decir que Trey debería dejarnos algunas intercepciones”, dijo el safety Jessie Bates III entre risas. “Anda en una buena racha, pienso que tiene como 10 partidos seguidos con una captura, así que sé lo mucho que ello significa para Trey. Es un extraordinario jugador y una mejor persona”.
No estaba tan errado Bates: Hendrickson en realidad tiene nueve partidos al hilo con una captura. Pero si se toman en cuenta las medias capturas, tiene 11 duelos consecutivos derribando a los quarterbacks.
“Lo primero que debes mencionar cuando hablas de Trey es su intensidad”, dijo Marion Hobby, el coach de línea defensiva. “Es un jugador muy intenso. Lo es en la sala de juntas y también en el campo de juego. Y en los días en que hay partido trata de llevarlo a otro nivel”.
En los 16 encuentros de temporada regular en que participó, Hendrickson se fue con las manos vacías solamente tres veces. Tiene dos y media capturas en tres partidos de playoffs, incluyendo una y media en Kansas City en el duelo de campeonato de la Conferencia Americana.
“Pienso que el objetivo en cada partido es salir a afectar al quarterback, en cualquier equipo con el que juegues”, dijo Hendrickson. “Los quarterbacks ganan partidos. Si puedes quitar esa pieza del rompecabezas, pienso que es más fácil controlar el partido a la defensiva y asegurarte de que las cosas vayan en el sentido correcto”.
En otras palabras, dominar en la defensiva y hacer que las ofensivas se sientan miserables. Y ganar partidos.