NUEVA YORK (AP) — La exgobernadora de Alaska Sarah Palin regresó el jueves a un tribunal de Nueva York, más de una semana después de que su juicio por “calumnias” contra el diario New York Times fuera aplazado porque ella dio positivo en una prueba de COVID-19.
Palin será la testigo estelar en el juicio en la corte federal de Manhattan. Pide una indemnización de monto no especificado, sosteniendo que un editorial del Times perjudicó el inicio de su carrera como comentarista política.
Los periodistas rodearon inmediatamente a Palin cuando arribó al tribunal. Preguntada qué esperaba obtener con su demanda, dijo: “justicia para la gente que espera la verdad en los medios”.
Un juez aplazó el juicio la semana pasada para darle a Palin, que no está vacunada, tiempo para superar cualquier posible síntoma. En ese lapso causó revuelo cuando se la vio cenando dos veces en un lujoso restaurante de Manhattan, poco antes y después de que su prueba positiva se revelara públicamente.
La republicana Palin, de 57 años, ha dicho abiertamente que no se vacunará.
Palin demandó al Times en 2017 por dañar su reputación con un editorial sobre el control de armas publicado después que el legislador republicano Steve Scalise resultara herido por un hombre que abrió fuego hacia un campo de entrenamiento para un partido de béisbol entre congresistas. El hombre tenía antecedentes de ataques al Partido Republicano.
En el editorial, el Times escribió que antes de la matanza de 2011 en el estacionamiento de un supermercado en Arizona que dejó seis víctimas fatales y causó heridas graves a la exlegisladora Gabby Giffords, el comité de acción política de Palin hizo circular un mapa de distritos electorales en el que Giffords y otros 19 demócratas aparecían bajo puntos de mira de fusil estilizados.
Dos días después, en una corrección, el Times dijo que había “declarado incorrectamente que existía un vínculo entre la retórica política y la matanza de 2011” y que había “descrito incorrectamente” el mapa.
Las frases en disputa habían sido agregadas al editorial por el entonces director de la página editorial James Bennett. En el juicio, un jurado deberá decidir si actuó con “malicia real”, o sea que escribió algo a sabiendas de que era falsa o con “desprecio temerario” por la verdad.
Bennet ha dicho que creía que el editorial era veraz cuando se publicó.