Una investigación del órgano de control de la policía británica reveló el martes comportamientos racistas, misóginos y discriminatorios entre agentes de Scotland Yard, institución que ya se enfrenta a una grave crisis de confianza por parte de la opinión pública.
Estas acusaciones se suman al descontento popular que provoca la Policía Metropolitana de Londres desde hace meses, acusada de descuidar la seguridad de las mujeres tras el asesinato de una londinense a manos de un policía o de retrasar las investigaciones sobre las fiestas en Downing Street durante los confinamientos.
"Los comportamientos que hemos descubierto son vergonzosos y están muy por debajo de los estándares que exigen a los policías implicados", comentó el director regional de la Oficina Independiente sobre Conducta Policial (IOPC), Sal Naseem.
"Estos agentes trabajaban principalmente en equipos en Westminster, que ya se han disuelto, pero sabemos por otros casos recientes que estos problemas no son aislados ni una cosa del pasado", añadió, citado en un comunicado.
La OIPC revisó miles de mensajes intercambiados en las redes sociales, "muchos de los cuales eran altamente sexualizados, discriminatorios o hacían referencia a la violencia". Incluían referencias directas a violaciones, lenguaje homófobo o racista y referencias al campo de concentración nazi de Auschwitz.
De los 14 policías investigados, principalmente basados en una comisaría del centro de Londres, nueve siguen en activo. Habían quitado importancia a los mensajes afirmando que eran una broma.
La investigación se inició en 2018, contra un policía sospechoso de mantener relaciones sexuales con una persona ebria en una comisaría, y después se amplió.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, se declaró "asqueado" por este comportamiento "totalmente inaceptable" y subrayó que estas revelaciones "dañarán aún más la confianza de los ciudadanos en la policía".
Por su parte, la Policía Metropolitana dijo estar "profundamente apenada", subrayando que tal comportamiento no representa los "valores" de la institución y reconociendo el golpe a la confianza pública. Uno de sus dirigentes, Bas Javid, admitió "la necesidad de un cambio real".
Tras la violación y asesinato de la londinense Sarah Everard a manos de un agente en marzo de 2021, la policía fue acusada de haber ignorado indicios alarmantes previos sobre su comportamiento.
También fue muy criticada por su violenta intervención para disolver una concentración en homenaje a Everard y cuando dos policías se fotografiaron en el lugar de un doble asesinato y luego compartieran las imágenes.
Esto provocó llamados a la dimisión de su jefa, la comisaria Cressida Dick. Pero la ministra del Interior, Priti Patel, reafirmó su confianza en la primera mujer que dirige la policía londinense, cuyo mandato fue prorrogado recientemente.
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