MONTEVIDEO (AP) — En la madrugada del domingo, después de conocerse en una discoteca, una mujer de Montevideo acompañó a un hombre a su apartamento. Según relató después ante las autoridades, mientras mantenían relaciones sexuales al menos dos jóvenes más abrieron la puerta del dormitorio y abusaron sexualmente de ella en una zona central de la capital uruguaya.
A las seis de la mañana, y luego de forcejear para salir del apartamento, la dejaron ir en estado de shock. Una amiga que la esperaba en la zona la contuvo y denunciaron la situación. La mujer de 30 años fue internada en un centro de salud durante dos días donde los especialistas corroboraron la violación.
Este caso de abuso sexual movilizó el viernes a miles de mujeres en más de cincuenta localidades de Uruguay. Las organizaciones feministas piden educación sexual e igualdad y el “fin de la cultura de la violación” mientras la violencia doméstica se consolida como el segundo delito más denunciado en el país.
Tras darse a conocer y despertar la indignación de una parte considerable de la sociedad, el presidente Luis Lacalle Pou dijo que la situación es “asqueante y aberrante”. “Nos debería dar vergüenza”, sentenció a principio de la semana mientras pidió una pena “ejemplarizante”.
La Fiscalía Especializada en Delitos Sexuales emplazó a cuatro varones —dos de 18 años, uno de 17 y otro cuya edad AP no pudo corroborar de inmediato— mientras concluye el informe forense y se tomaron las muestras de ADN que dos de los implicados se negaron a conceder voluntariamente.
Sylvia Lovesio, responsable de la fiscalía de delitos sexuales donde recayó el caso, dijo a radio Del Sol que “las mujeres no están seguras” en el país. Solo la fiscalía de Lovesio, una de las cuatro especializadas en delitos sexuales en todo el país, investiga 800 denuncias.
Entre 2018 y 2020 la fiscalía uruguaya recibió unas 260 denuncias mensuales sobre delitos sexuales, según datos de esa oficina. La violencia doméstica es el segundo delito más denunciado, luego del hurto. Solo el año pasado hubo casi 37.000 denuncias, según el Ministerio del Interior. Casi un 55% de las uruguayas mayores de 15 años ha sufrido violencia basada en género en el último año según cifras oficiales. Nueve de cada diez la padecieron de un desconocido, la mayoría en espacios públicos, el transporte colectivo y en fiestas o bares.
A 2019, casi ocho de diez uruguayas habían vivido violencia basada en género, muestra la Segunda Encuesta Sobre Violencia de Género gubernamental. La violencia contra la mujer es epidémica en Uruguay. En 2020 Uruguay fue el segundo país con mayor tasa de femicidios de la región, después de Brasil, según la CEPAL.
Organizaciones feministas convocaron para el viernes a la tarde movilizaciones en 55 puntos del país “contra la cultura de la violación”. En la proclama las organizadoras de la multitudinaria marcha en la capital uruguaya recordaron que los últimos abusos sexuales han abarcado desde niñas de 10 años hasta una mujer de 75.
“En algún momento de nuestras vidas nos pasa una situación de estas. Pasaba en la escuela cuando te desataban la túnica y te tocaban, en el liceo cuando te encerraban en un baño”, explicó a The Associated Press Tamara García, vocera de la convocatoria “Desde chicas te acorralan en la calle, se te tiran arriba en la noche, hasta ocurren una violación grupal que es lo que más nos duele. Rompe los ojos que personas tan jóvenes hayan hecho esto porque demuestra que hay un problema”.
El caso de abuso sexual del fin de semana “generó un impacto y nos atravesó a todas y la sociedad en general”, entiende la vocera de la marcha autoconvocada de hoy.
“Estos actos no son propios del ser humano, ni del género masculino”, afirmó el presidente Lacalle Pou esta semana despertando la crítica.
“Si no transformamos el modelo machista, no vamos a cambiar. Se ha intentado avanzar en la respuesta, pero no se ha querido transformar radicalmente la educación y eso es responsabilidad del gobierno. Debemos incorporar en la currícula una educación de igualdad, de prevención de violencia sexual y de género”, opinó Andrea Tuana, magister en Género y Políticas de Igualdad, y directora de El Paso, una organización no gubernamental dedicada a la protección de la infancia y la adolescencia ante el maltrato y el abuso sexual.
En las próximas horas se espera la imputación de Fiscalía de los jóvenes. “Pero lo que buscamos es ser escuchadas y que los varones terminen con el pacto de silencio y que se enseñe a las nuevas generaciones a respetar el cuerpo y no abusar ni violar”, dijo García.
En una línea similar se expresó la fiscal Lovesio, que pidió educación y prevención “para que estas cosas no sucedan, porque cuando suceden llegamos tarde”.