El primer ministro británico, Boris Johnson, instará al presidente ruso, Vladimir Putin, a "dar marcha atrás" en su presunta intención de invadir Ucrania, a fin de "evitar un baño de sangre", indicó este viernes una portavoz del gobierno británico.
En una próxima conversación telefónica, cuya fecha exacta no fue precisada, Johnson abogará igualmente por un "compromiso diplomático" del mandatario ruso con la solución de las tensiones entre Moscú y Kiev.
"Cuando hable con el presidente Putin en la semana, instará a Rusia a dar marcha atrás y a un compromiso diplomático", señala la portavoz en un comunicado.
El dirigente británico tiene además previsto trasladarse a la región los próximos días.
Más de 100.000 soldados rusos están concentrados en la frontera con Ucrania, y los países occidentales ven en esa presencia un indicio de que la invasión de la exrepública soviética podría ser inminente.
Rusia niega cualquier intención bélica, pero pide garantías por escrito en cuanto a su seguridad y que Ucrania no ingrese en la OTAN.
El lunes, el Ministerio británico de Asuntos Exteriores tiene previsto anunciar en el Parlamento un endurecimiento de su régimen de sanciones hacia Rusia para que Londres pueda apuntar a los intereses estratégicos y financieros de Moscú.
El gobierno está acusado de hacer la vista gorda ante el flujo de fondos rusos en su territorio.
En una tribuna, el diputado conversador Tom Tugendhat, presidente de la comisión de Asuntos Exteriores en el Parlamento, subrayó que la amenaza rusa no provenía solo de "tanques", sino también de "dinero líquido".
"El dinero oculto en cuentas y propiedades se utiliza para socavar la seguridad del Reino Unido y del pueblo británico", dijo.
El martes, Johnson advirtió en una comparecencia ante el Parlamento que los países occidentales impondrían sanciones sin precedentes a Rusia si decidiera invadir Ucrania.
La víspera, el primer ministro se reunió virtualmente con los dirigentes de Estados Unidos, Polonia, Francia, Italia, Alemania, la UE y la OTAN.
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