Inglaterra reactiva el Plan A: vivir con el COVID

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Un hombre pasa junto a
Un hombre pasa junto a un cartel en medio de la propagación de la enfermedad del coronavirus (COVID-19), en Londres, el Reino Unido, el 24 de enero de 2022. REUTERS/Hannah McKay

Por Alistair Smout y Elizabeth Piper

LONDRES, 27 ene (Reuters) - Tras un incómodo pero relativamente breve regreso a las restricciones por coronavirus provocado por la variante ómicron, Inglaterra vuelve al "Plan A": aprender a vivir con una enfermedad que quizás ha llegado para quedarse.

La apuesta es que las vacunas de refuerzo, las píldoras antivirales y la menor gravedad que presenta ómicron permitirán al Gobierno gestionar los brotes de un virus que no se puede erradicar. Otros países igualmente deseosos de reactivar la economía y la vida social estarán atentos.

Las recomendaciones para trabajar desde casa terminaron la semana pasada, y medidas como la obligación de llevar mascarilla y los pases COVID, que fueron introducidos también en Inglaterra el mes pasado, caducaron el jueves, devolviendo las normas al punto en que se encontraban el pasado mes de julio.

La Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido se está preparando para cambiar su estrategia y centrarse en el apoyo a las personas vulnerables en lugar de imponer normas nacionales, según un proyecto de normativa visto por Reuters.

"A medida que evolucionamos para vivir con el COVID, la respuesta de UKHSA al COVID-19 pasará de un enfoque sobre toda la nación a una respuesta específica, centrada en la protección de las personas vulnerables", se lee en el documento, titulado 'UKHSA COVID-19 Vision - DRAFT'.

"Nos aseguraremos de que nuestra futura respuesta sea más ágil, flexible y conveniente para los ciudadanos".

El primer ministro británico, Boris Johnson, que ha tenido que asumir una cifra de 150.000 muertos que ocupa el séptimo lugar en el mundo, se vio obligado en diciembre a introducir las restricciones del "Plan B", enfadando a algunos de sus propios diputados. Ahora tiene un fuerte imperativo político para eliminarlas y muchos de sus parlamentarios defienden que es necesario recuperar una normalidad casi total.

El primer ministro se enfrenta a la mayor crisis de su carrera por las reuniones sociales en sus oficinas durante los confinamientos de COVID, en aparente violación de las leyes que él mismo había impuesto, unos hechos que está investigando la policía.

UN FENÓMENO ENDÉMICO

El diputado conservador Andrew Bridgen declaró a Reuters que eran "improbables, innecesarias y políticamente imposibles" nuevas restricciones vinculadas al COVID-19.

El propio Johnson dijo a los legisladores la semana pasada: "A medida que el COVID se vuelva endémico, tendremos que sustituir los requisitos legales por consejos y recomendaciones".

También dijo que dejará que la ley que obliga a las personas con COVID-19 a autoaislarse expirara en marzo, e incluso estudiaría la posibilidad de adelantar esa fecha.

Gran parte de su confianza se debe a la naturaleza de ómicron, que llevó las infecciones a niveles récord en diciembre sin que aumentaran en la misma medida las hospitalizaciones y las muertes.

Graham Medley, presidente del grupo de modelos COVID del Gobierno, dijo a Reuters que cuando se introdujo el Plan B, la gravedad de ómicron y el impacto de los refuerzos no estaban claro.

Pero incluso en el momento álgido, con restricciones sociales sin llegar a un confinamiento total, las muertes diarias se mantuvieron por debajo de las 300 en una media de 7 días, en comparación con las más de 1.000 diarias del tercer confinamiento nacional del año anterior.

Medley afirma que la creciente inmunidad —el 83% de los mayores de 11 años ha recibido dos dosis de la vacuna y el 63% un refuerzo— significa que cada ola futura debería ser menos difícil, aunque podría haber contratiempos:

"Aunque espero que el próximo enero sea mejor que este, y que el siguiente (2024) sea mejor que el próximo (2023), no me sorprendería que en algún momento tuviéramos que retroceder".

También hay un nuevo recurso potencial, en forma de medicamentos antivirales, destinados a evitar que las personas de alto riesgo que contraen el virus enfermen gravemente, pero que aún no se han utilizado de manera generalizada.

"Las cosas han cambiado mucho en los últimos seis o siete meses", dijo Harkishan Mistry, de 58 años, que fue incluido en el ensayo "Panoramic" de molnupiravir de Merck tras contraer el virus.

"Tenemos un camino claro para seguir adelante. Ahora soy optimista", dijo Mistry en una videollamada desde Bradford, donde se autoaisló.

Su opinión fue compartida por el ministro de Sanidad, Sajid Javid, que dijo: "Nuestras vacunas, pruebas y antivirales aseguran que tenemos algunas de las defensas más fuertes de Europa y nos están permitiendo volver con cautela al Plan A, devolviendo más libertades a este país".

AÚN NO HEMOS LLEGADO

Sin embargo el virólogo evolutivo Aris Katzourakis, de la Universidad de Oxford, advirtió que enfermedades como la malaria y la poliomielitis pueden ser endémicas, pero no son inocuas. "Una enfermedad puede ser endémica y a la vez extendida y mortal", escribió en la revista científica Nature.

"Me frustra cuando los responsables políticos invocan la palabra 'endémica' como excusa para hacer poco o nada".

Centrarse sin tregua en la gestión del COVID, en lugar de en la prevención de las infecciones, también tiene efectos secundarios no deseados.

Debido a que los recursos del Servicio Nacional de Salud se han desviado hacia los refuerzos de vacunación, se han pospuesto miles de otras citas, lo que se ha sumado a un enorme retraso en la atención electiva en el sistema estatal. Al mismo tiempo, las altas tasas de infección entre el personal y los pacientes siguen pesando sobre los hospitales.

"Se trata de vivir con seguridad con COVID. No se trata sólo de vivir con COVID", dijo Matthew Ashton, director de Salud Pública del Ayuntamiento de Liverpool.

"Todos queremos desesperadamente que la pandemia termine", añadió. "Minimizar los trastornos es parte de esa solución. Definitivamente siento que estamos en el camino hacia una vida segura con el COVID. Pero no creo que hayamos llegado todavía".

Nick Thomas, médico de familia de Witney, en el centro de Inglaterra, que participó en el ensayo Panoramic, dijo que los consultorios locales también estaban sintiendo la presión, a pesar del éxito de las vacunas y la perspectiva de antivirales eficaces.

"Tenemos que gestionar todas esas (otras afecciones), así como una ola de ómicron en este momento. Así que ese equilibrio es realmente importante, y cuantas más herramientas tengamos, mejor".

(Información de Alistair Smout y Elizabeth Piper en Londres; información adicional de Clara-Laeila Laudette en Madrid; edición de Kevin Liffey; traducción de Flora Gómez)

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