Beirut, 26 ene (EFE).- Los Gobiernos de Líbano, Jordania y Siria firmaron este miércoles un acuerdo para el envío de electricidad jordana a territorio libanés, golpeado desde hace meses por una grave escasez de este bien derivada de una de las peores crisis económicas de su historia. El ministro de Energía libanés, Walid Fayad, calificó la rúbrica de "momento histórico" al considerar que "cada hora adicional de electricidad" es "muy importante" para la población del país mediterráneo, donde actualmente el suministro público varía entre un mínimo de una hora diaria y un máximo de cuatro. El pacto, que permitirá proveer al Líbano de 150 megavatios en horario nocturno y otros 250 adicionales durante el día con financiación del Banco Mundial (BM), fue firmado durante una ceremonia en Beirut en presencia de Fayad y sus homólogos jordano y sirio, Saleh al Jarabshe y Ghassan al Zamel. Sin embargo, el titular libanés recordó que la rúbrica no se traducirá en un mayor suministro de forma inmediata, sino que el proceso llevará "un poco de tiempo", un periodo que ayer estimó en al menos dos meses y que dependerá de una serie de variables como la financiación. Por su parte, Al Zamel anunció que Siria "está actualmente lista para conectarse a la electricidad". Damasco reparó en los últimos meses partes de su sistema eléctrico dañadas durante más de una década de conflicto armado en su territorio, un proceso de rehabilitación con un coste estimado de unos 5,5 millones de dólares y que había prometido concluir antes de finales de 2021. "Siria insistió en lograr este acuerdo y consiguió completar el trabajo en tiempo récord. Esperemos que esto sea el inicio de la cooperación árabe en todos los ámbitos, no solo en el de la electricidad", indicó el ministro durante la ceremonia. A este acuerdo se suman otro que el Líbano está negociando para el envío de gas egipcio y un tercero ya en activo firmado con Irak para lograr fuelóleo a cambio de servicios, si bien se espera que los tres juntos no alcancen más de unas 10 horas diarias de suministro. El Banco Central libanés declaró el pasado verano el fin de los subsidios a los carburantes, provocando un agravamiento de la escasez de este bien y, por ende, de la crisis eléctrica en un país fuertemente dependiente del uso de generadores privados operados por diésel. Con apenas un par de horas diarias de suministro público, la población se ve obligada a contratar los servicios de las denominadas "mafias de los generadores", que en Beirut proporcionan una media de doce horas de luz por un coste mensual muy superior al salario mínimo en el Líbano.