Las fuerzas kurdas respaldadas por Estados Unidos trataban este martes de cerrar el cerco sobre los yihadistas atrincherados en una prisión del noreste de Siria, escenario de combates desde hace cinco días que causaron 166 muertes.
"Las fuerzas kurdas intentan cerrar el cerco alrededor de los combatientes yihadistas, que se han escondido en la parte norte de la prisión" de Ghwayran, declaró a AFP el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahmane.
Más de un centenar de miembros del grupo Estado Islámico (EI) tomaron por asalto el jueves con camiones bombas y armamento pesado esta cárcel en Hassaké (noreste), una de las más grandes con yihadistas reclusos en Siria.
Un nuevo balance establecido este martes por OSDH indicó que 166 personas murieron en los combates en esta prisión: 114 yihadistas, 45 kurdos y siete civiles.
El director de esta organización afirmó que, si no se concluye un acuerdo, "habrá una masacre, cientos de personas morirán".
Según él, los kurdos están registrando el interior de la antigua escuela reconvertida en cárcel y progresan lentamente por miedo a que haya combatientes del EI escondidos.
Algunos prisioneros del grupo yihadista fueron transportados en autobuses a otros centros de detención en las últimas horas, pero el director de OSDH no precisó cuántos seguían dentro de la cárcel.
Varios menores reclusos ya fueron trasladados el lunes, según esta organización.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), dominadas por los kurdos, no han confirmado las informaciones por las que algunos guardianes de la prisión estaba retenidos por los combatientes del EI.
Estas fuerzas, que operan bajo la cobertura aérea de una coalición internacional dirigida por Washington, desplegaron unidades de élite y vehículos blindados en el interior y alrededor de Ghwayran.
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