Saná, 25 ene (EFE).- El Gobierno de los rebeldes chiíes hutíes cifró este martes en 91 los muertos por el bombardeo atribuido a la coalición militar liderada por Arabia Saudí del pasado viernes contra un centro de detención en Saada, en el norte de Yemen, mientras que el número final de heridos ascendió a 236. El ministro de Salud del Gobierno hutí, Taha al Mutawakel, afirmó en una rueda de prensa que los trabajos de rescate han finalizado y están realizando ahora los trámites para la entrega de cuerpos a los familiares de las víctimas, según la agencia oficial de noticias Saba, controlada por los insurgentes. El ministro consideró que esta cifra de víctimas es una "prueba de la brutalidad del crimen y de la decadencia moral de la agresión" cometida por la coalición árabe. Asimismo, señaló que la alianza de países suníes "cometió una serie de crímenes durante el mes de enero con alrededor de 500 víctimas, entre ellas 150 muertos", según recoge la agencia. Los hutíes, la ONU y varias ONG acusaron a la coalición árabe de haber perpetrado el ataque contra el centro de detención, pero la alianza negó su implicación en esta acción. Se cree que muchas de las víctimas de este bombardeo son inmigrantes africanos que llegan al Yemen y tratan de acceder ilegalmente a Arabia Saudí, país fronterizo con Saada, uno de los principales bastiones de los rebeldes chiíes, aunque el Gobierno hutí no ha revelado sus nacionalidades. El bombardeo contra Saada, uno de los peores en los últimos años en el Yemen, se produjo en el marco de una escalada de la coalición contra las posiciones de los hutíes en el país en respuesta a un ataque de los rebeldes contra el Aeropuerto Internacional y una zona industrial de Abu Dabi, que dejó tres muertos y seis heridos. EFE ja-sr-ijm/ppa/jgb