RÍO DE JANEIRO (AP) — Olavo de Carvalho, filósofo derechista brasileño venerado por sus partidarios y detestado por sus detractores, falleció, informó el martes su cuenta oficial de Twitter. Tenía 74 años.
De Carvalho murió el lunes en la noche en Virginia, donde vivió la última década, indicó la familia en su comunicado.
El comunicado no menciona la causa de defunción, pero la prensa brasileña, incluyendo el diario O Globo, reportó que fue diagnosticado con COVID-19 el 16 de enero. Su hija, quien públicamente estaba en contra de su padre, dijo en su cuenta de Twitter que fue por coronavirus.
Sus libros y cursos en internet dieron impulso a la derecha brasileña antes de las elecciones presidenciales de 2018, cuando el filósofo pidió a sus seguidores votar por Jair Bolsonaro.
De Carvalho se convirtió en una figura divisiva, exaltada por la derecha como un filósofo sabio, y detestado por gran parte de la izquierda y la élite intelectual. Repetidamente le restó importancia a la pandemia y usaba las redes sociales para propagar teorías conspirativas y expresar escepticismo sobre la validez de las vacunas.
Bolsonaro es un férreo seguidor de De Carvalho, mostrando incluso uno de sus libros en su discurso triunfal tras ganar las elecciones. El martes, el mandatario lamentó la pérdida de “uno de los más importantes pensadores en la historia de nuestro país”.
“Olavo fue un gigante en la lucha por la libertad y un faro para millones de brasileños. Su ejemplo y sus enseñanzas nos marcarán para siempre”, expresó Bolsonaro.
La cuenta oficial de Bolsonaro en Twitter también elogió “el legado monumental” de De Carvalho.
De Carvalho publicó varios libros en que expuso su ideología, en la que advertía de la amenaza de la izquierda política y “el marxismo cultural”. Denunciaba que la prensa, las universidades, los científicos y los artistas estaban tratando de imponer una ideología comunista sobre la nación.
De manera similar a Bolsonaro, quien como legislador estuvo tres décadas predicando sus ideas conservadoras a un reducido sector de la sociedad, de Carvalho por mucho tiempo no era más que una figura marginal.
Pero una vez que Bolsonaro ganó la presidencia en 2018, su pensamiento penetró las más altas esferas del gobierno, particularmente los ministerios de educación y de relaciones exteriores.
Varios ministros y funcionarios gubernamentales exhibían con orgullo su deuda intelectual a de Carvalho, a tal punto que muchos los llamaban “olavistas”. Muchos ya han salido del gobierno y la influencia de De Carvalho ha amainado, al menos en la esfera pública.