Redacción Cultura, 25 ene (EFE).- La actriz Evan Rachel Wood ha acusado a Marilyn Manson de violarla durante la grabación del videoclip “Heart-Shaped Glasses”, según recoge el documental “Phoenix Rising”, que se acaba de estrenar en Sundance. La película narra la tortuosa relación entre la protagonista de “Westworld” y el cantante entre 2006 y 2011, cuando, según sus palabras, “consiguió emprender una escapada final”. En 2007, la actriz protagonizó un videoclip del artista en el que ambos aparecen teniendo relaciones sexuales bajo una lluvia de sangre. La canción “Heart-Shaped Glasses” -“Gafas con forma de corazón”- es un guiño a las gafas que la protagonista de “Lolita” en la versión de Kubrick del clásico de Navokob, “Hablamos de una escena de sexo simulada, pero una vez que las cámaras comenzaron a grabar, comenzó a penetrarme de verdad. Nunca había accedido a eso. Fue un completo caos. No me sentí segura. Nadie cuidaba de mí. Fue una experiencia realmente traumatizante”, explica Wood en el documental que dirige Amy Berg. “Me sentí repugnante y que había hecho algo vergonzoso y me di cuenta de que el equipo estaba incómodo y nadie sabía qué hacer”, señala Wood, que añade: “Me obligaron a realizar un acto sexual comercial con falsos pretextos (...) Ahí fue cuando se cometió el primer crimen contra mí. Fui esencialmente violada en cámara”. Warner instruyó a Wood sobre la forma en la que debía hablar del vídeo en las entrevistas, diciendo que el sexo no había sido real y que hablara sobre su relación de amor. “Tenía miedo de hacer algo que molestara de alguna manera. El vídeo fue solo el comienzo de la violencia que seguiría aumentando a lo largo de la relación”, añade. La policía de Los Ángeles abrió una investigación contra Manson -Brian Warner es su nombre real-, tras la denuncias de Wood el año pasado y de otras trabajadoras de la industria del cine. El contenido del documental ha sido recogido por numerosos medios estadounidenses como Rolling Stone. El abogado del músico, Howard King, respondió a este medio que “de todas las afirmaciones falsas que Evan Rachel Wood ha hecho sobre Brian Warner, su imaginativo recuento de la realización del vídeo musical hace 15 años es la más descarada y fácil de refutar, porque hubo múltiples testigos”. “Evan no solo fue totalmente coherente y se comprometió durante los tres días de rodaje, sino que también estuvo muy involucrado en las semanas de planificación previa a la producción y los días de edición posterior a la producción del corte final”, apunta. Rolling Stone cita fuentes de trabajadores anónimos que participaron en la grabación y que declaran que Wood “parecía apagada” y con dificultad para moverse -al parecer le podrían haber suministrado algún tipo de sustancia- y que dicen que algunos estaban “incómodos” por la situación en la que se desarrollaron las escenas de sexo, que a su juicio fueron reales. La misma fuente asegura que tras una o dos tomas el rodaje fue cancelado por las escenas de sexo, a medida que aumentaban las discusiones entre Manson y los productores y miembros del equipo.