Al menos 32 personas, incluyendo mujeres y niños, murieron el domingo en una región de Sudán del Sur azotada por la violencia intercomunitaria, informó la ONU en un balance publicado el martes.
Estos violentos ataques ocurrido el 23 de enero golpearon a dos localidades del inestable estado de Jonglei y obligaron a huir a la población civil después de que un grupo de jóvenes armados de una etnia rival abrió fuego y quemó viviendas en la zona de Baidit.
Entre los muertos hay tres niños que se ahogaron en un río cuando intentaron escapar, informó la Misión de la ONU en Sudán del Sur (UNMISS) en un comunicado.
El ataque dejó al menos 26 heridos y varios desaparecidos.
"La UNMISS condena firmemente cualquier ataque contra civiles y exhorta a grupos e individuos a tomar medidas de forma inmediata para evitar una nueva escalada que ponga en peligro a personas vulnerables", declaró la misión.
La delegación de la ONU cuyo objetivo es mantener la paz en el país fue desplegada en 2011, cuando el país se independizó de Sudán, y su mandato original de un año fue prolongado a medida que el país se sumergía en una cruenta guerra civil y en enfrentamientos intercomunitarios.
En la región de Jonglei más de 700 personas murieron y muchas fueron violadas y secuestradas entre enero y agosto de 2020 en incursiones de grupos armados de milicias étnicas.
Una investigación de la ONU determinó que las élites políticas y militares jugaron un rol en esta violencia que arrasó pueblos enteros en ataques coordinados contra grupos rivales, usando machetes, armas de fuego y a veces granadas propulsadas a cohete.
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