Kabul, 18 ene (EFE).- Los talibanes privaron a las mujeres y niñas afganas del derecho a la salud y la educación, así como de la posibilidad de trabajar y poder así colaborar en la economía del hogar tras la toma de poder de Afganistán a mediados de agosto, denunció este martes la organización Human Rights Watch (HRW). "Los talibanes han impuesto políticas que violan los derechos y han creado enormes barreras para la salud y la educación de mujeres y niñas, han restringido la libertad de movimiento, expresión y asociación, y privaron a muchas de los ingresos derivados del trabajo", señaló HRW en un comunicado conjunto con el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Estatal de San José (SJSU). La crisis humanitaria en el país condujo a que gran parte de la población no tenga acceso a alimentos, agua, vivienda y atención médica, después de que la llegada al poder de los islamistas comportara la suspensión de fondos internacionales, aumento de precios, crisis de liquidez y escasez de efectivo. "Las mujeres y niñas afganas se enfrentan tanto al colapso de sus derechos y sueños como a los riesgos para su supervivencia básica", aseguró Halima Kazem-Stojanovic, principal investigadora sobre Afganistán del Instituto de Derechos Humanos de SJSU. La investigadora agregó que las mujeres "están atrapadas entre los abusos de los talibanes y las acciones de la comunidad internacional, que empujan a las afganas cada día más a la desesperación". Una decena de mujeres procedentes de la provincia meridional de Ghazni aseguraron a ambas instituciones que no pueden hacer frente al aumento de los precios de los alimentos básicos, del transporte y de los libros escolares, ya que la mayoría perdió su principal fuente de ingresos después de que los islamistas restringieron el acceso de las mujeres al trabajo. "Solo aquellas que trabajaban en la educación primaria o en la atención sanitaria aún pueden trabajar, y la mayoría no percibieron su salario debido a la crisis financiera", indica el comunicado. La llegada al poder de los talibanes supuso la restricción del acceso de las estudiantes afganas a la educación secundaria y superior, además de la modificación de sus planes de estudios para adaptarlos a las reglas islámicas y un mayor foco en la religión. "Dictan lo que las mujeres deben usar, cómo deben viajar, la segregación laboral por sexo y hasta qué tipo de teléfonos deben tener las mujeres. Hacen cumplir estas reglas a través de la intimidación y las inspecciones", denunció la organización pro derechos humanos. "El futuro parece oscuro (...) Tenía muchos sueños, quería seguir estudiando y trabajando. Estaba pensando en hacer mi maestría. Por el momento, (los talibanes) ni siquiera permiten que las niñas terminen la escuela secundaria", dijo a HRW una mujer que trabajaba para el depuesto Gobierno afgano. Asimismo, las mujeres subrayaron que con la desaparición de la fuerza de seguridad nacional y el Ministerio de Asuntos de la Mujer, ahora viven más inseguras, y algunas incluso experimentan "miedo, ansiedad, desesperanza, insomnio y una profunda sensación de pérdida e impotencia", señalaron. "Las políticas de los talibanes han convertido rápidamente a muchas mujeres y niñas en prisioneras virtuales en sus hogares, privando al país de uno de sus recursos más preciados, las habilidades y talentos de la mitad femenina de la población", concluyó la directora de los derechos de la mujer de HRW, Heather Barr. EFE lk-mvg/mt/ah